Ness Marie Tollinche: De niña a líder
La directora ejecutiva de las Girls Scouts de Puerto Rico, procura formar niñas que sean mejores ciudadanas en el mundo.
Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 8 años.
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Siempre niña, siempre escucha. Esa es la consigna de vida de la joven Ness Marie Tollinche, directora de Girls Scouts de Puerto Rico.
A sus seis años ingresó al movimiento de niñas escuchas en la Isla gracias a la iniciativa de sus padres. Sus progenitores deseaban que conociera la filosofía del escultismo, que procura enseñar a los niños a respetar su entorno físico y humano mediante el contacto con la naturaleza y la integración a la comunidad. Fue en las Girls Scouts que conoció el significado de la hermandad, de ver cómo “mi hermano, mi papá y mi mamá fueron Girls Scouts” y convertirse en una líder.
Esas experiencias adquiridas ahora las ve en los rostros de las 4,000 niñas escuchas que pertenecen al movimiento en Puerto Rico, que cuenta además con 2,000 adultos trabajando por el bienestar de las menores.
“Aquí se trabaja para desarrollar valores y liderazgo. Por medio de este movimiento, estas niñas hacen del mundo uno mejor. Se trabaja para que cada niña tenga una autoestima fuerte y sepan que pueden lograr lo que deseen en la vida. No existe ninguna piedra que se interponga en el camino si vamos detrás de nuestros sueños”, precisó la joven que se fue de las Girls Scouts tras cumplir la etapa junior.
Tollinche estuvo más de 15 años desconectada del movimiento hasta hace dos años. Según contó, un día abrió el periódico en la sección de empleos y vio que solicitaban la posición de directora ejecutiva de Girls Scouts.
“Pensé en ese momento: ‘¿Tendré todo lo que buscan?’ Y dudé. Pero apliqué y sé que lo tenía. Era alumna del movimiento y, además de tener la base, creo fielmente en el trabajo de las Girls Scouts, y me apasiona. Después de siete entrevistas en Puerto Rico y Estados Unidos, dos ensayos y una prueba psicométrica, aquí estoy. Le doy gracias a Dios por haber abierto ese día el periódico porque esta experiencia cambió mi vida”, recordó con entusiasmo sobre el momento en que aceptó tomar las riendas del movimiento.
Desde entonces asegura que no hay espacio para el aburrimiento en su vida ya que es un “trabajo 24/ 7”.
“Vivo para estas niñas. Tengo ese enlace perfecto con las nenas. El que tus jefas sean un chorro de nenas espectaculares... las más jóvenes de cualquier profesión y las más exigentes a la vez; es maravilloso. Son las más sinceras. La verdad es que cada vez que veo que ellas pueden llegar a hacer las cosas, ser seguras y que sepan lidiar con su entorno, sumado a la grandeza de dar y ayudar a los demás, no existe una mayor satisfacción”, explicó la directora ejecutiva, que aclaró que los recaudos de la venta de galletas que realizan las niñas van destinados a proyectos internos y para la realización del campamento de verano al que asisten todas las niñas escuchas de la Isla.
La directora recalcó que esa etapa de vender galletas les permite a las niñas ser empresarias y conocer el manejo correcto del dinero.
Por último, enfatizó que una de sus mayores motivaciones dentro de la organización sin fines de lucro es ver las trasformaciones de niñas que han sido víctimas de bullying y han superado el problema.
“Aquí las líderes son oro. A ellas va el eterno agradecimiento porque no solo son las figuras modelos para estas niñas, sino que además se convierten en una segunda madre... y eso vale oro”, acotó.