La piel del cuello es una de las más delicadas de nuestro cuerpo porque al tener menos glándulas sebáceas y poco tejido adiposo, es presa fácil de la flacidez.

Por eso, de la misma forma que en muchas ocasiones damos especial énfasis al cuidado de la piel de nuestro rostro, también debemos darle cariño a la del cuello.

Es decir, hay que desmaquillarlo, usar un tónico para equilibrar el pH, y continuar con la aplicación de un buen hidratante. Si usas una mascarilla, debes extenderla también por cuello.

La postura también es importante. Una de las mejores formas de evitar la aparición de arrugas prematuras en el  cuello es vigilar la postura. Debes tratar de mantenerlo a una altura adecuada y evita sostener el teléfono entre oreja y hombro por mucho tiempo. Si duermes de lado, debes buscar una almohada dura y alta, que ayude a compensar el espacio entre los hombros y la cabeza.

¿Te preocupa la papada? Aunque puede haber algo de genética en ciertos casos, en otros estos consejos pueden funcionar.

Date masajes con una crema, extiende la piel y después date pellizcos y palmadas.

En cuanto a ejercicios para reducir la papada, con la espalda derecha, cruza los brazos y estira el cuello hacia adelante. Gira la cabeza a la derecha y déjala así por varios segundos. Vuelve a la posición original y haz el ejercicio pero girando la cabeza hacia la izquierda. Haz 10 repeticiones.