Una de las características principales y más preocupantes del maltrato emocional es que suele ser  imperceptible, particularmente para la víctima. 

El tipo de relación que se desarrolla entre la víctima y su agresor se basa principalmente en el control que éste llega a tener sobre ella.

“La gente no se da cuenta que están en una situación de maltrato emocional. La víctima tiende a justificar las acciones de su agresor. Y tienden a justificarlo con cualquier argumento que pueda servirles para eso. ‘A él lo criaron de esa manera’, ‘no tiene paciencia’, ‘es de carácter fuerte’. Esa expresión de que él es de carácter fuerte la dicen como si fuera un atributo y no un defecto. La persona que recibe el maltrato emocional, de cierta forma, piensa que se lo merece, que es justo que le hablen de esa manera, que  utilicen esas palabras contra ella”, explicó la psicóloga Angie González.

Otro rasgo que caracteriza al maltratante es que su patrón es bien estable y predecible. 

“Si conoces a un  maltratante, los conoces a todos”, destaca González. 

La psicóloga asegura que el maltratante comienza a dar indicios   desde bien temprano. Al principio son situaciones sutiles, pero generalmente tienen que ver con tener control sobre la pareja.

“En el noviazgo es más imperceptible, pero siempre está presente. Lo que he observado en los casos del noviazgo es que  ya hay otras personas que lo están notando. El papá, la mamá, los hermanos de ella... Pero la resistencia de ella a verlo es mayor porque está en un nivel muy emocional, está enamorada. Tan pronto el agresor se da cuenta que ya otras personas están levantando banderas, empieza a aislar a la víctima de la familia. Acapara su tiempo, siempre está presentes, le dice que su familia no quiere verla feliz o que tienen problemas con él por tal o cual razón”, explicó.

Tanto en el noviazgo como en el matrimonio es bien fácil que la víctima confunda las acciones de mantener control del maltratante con gentileza. El maltrante percibe a la víctima más débil, por lo que trata de controlarla en todos los aspectos.

“Hay una parte del maltrato que a la víctima  le da mucho trabajo identificarla y es la exposición exagerada a la compañía. Por ejemplo, ella va a ir a la farmacia y aunque está muy cerca el hombre dice ‘te acompaño’. Él es el que echa la gasolina, el que saca el dinero para pagar, aunque se lo pida a ella, pero va y paga. De momento luce como caballeroso, gentil. Ella piensa ‘él me acompaña a todas partes, no quiere que salga sola ni a la esquina. Él es tan bueno conmigo’. La persona se acomoda a la idea de que ella necesita esa compañía para todo lo que va hacer”, aseguró la experta.

Con ese tipo de acciones y otras como pedir que saque a ciertas personas de Facebook o plantarse frente al probador cuando está midiéndose ropa en una tienda, el hombre va tomando control absoluto de su pareja.

Esos comportamientos se suman al maltrato verbal que realizan estos individuos, que van directos a lacerar la  autoestima y la seguridad de su víctima.

“En una conversación cotidiana, sin tener que hablar malo, sin tener que gritar, el maltratante le dice a la víctima, ‘lo que pasa es que tu no entiendes’. Ya está imponiendo en la mente de esa persona la falta de entendimiento, su pobre capacidad intelectual. Si la víctima le dice quiero empezar a estudiar tal cosa le dice, ‘tu no vas a poder’. El mensaje consistente tiende a minimizar, a degradar, a restar la idea en la víctima de que es una persona capaz, con fortalezas, y la persona empieza a reducirse psicológicamente a alguien que necesita el apoyo del maltratante. Por eso es que a largo plazo la batalla de salirse de la relación es bien fuerte, porque sienten que ellas no van a poder sin él”, aseguró.

Son muchísimas las causas que llevan a un agresor a ser como es. Sin embargo, González establece que en numerosas ocasiones son conductas aprendidas. Es muy probable que un niño maltratado maltratará en el futuro, por eso es importante también atender la población infantil lo antes posible.

“Es importante que se entienda que las conductas de violencia se aprenden. Una muy significativa cantidad de maltratantes vienen de hogares donde vieron el maltrato”, puntualizó. 

De igual manera, la psicóloga es categórica en decir que es un mito  que un maltratante es un mal esposo, pero puede ser un buen padre.

“La literatura nos demuestra consistentemente que el que maltrata a su pareja maltrata a los niños y hasta a las mascotas. Esta idea de que él maltrata a la mujer, pero es un buen papá y con los nenes es otra cosa,  es un mito. Es tanto así, que en algunos estados de Estados Unidos han vinculado los Departamentos  de Animales como los Departamentos de Familia y Niños en emergencias sociales. Cuando alguien notifica un maltrato hacia las mascotas ese referido activa a la Administración de Familias y Niños para investigar”, indicó.    

Otro aspecto muy importante que explicó la psicóloga es que la violencia va escalando.

“Cuando el maltrato emocional se sostiene por mucho tiempo, muchas veces creen que ese es el tope a dónde ellos llegan. ‘Él me ha gritado toda la vida, me ha hablado malo toda la vida, pero jamás me daría’. Pero en el maltrato emocional hay amenazas. Ellas lo toman como un momento de descontrol porque él habla así. Pero un día esas amenazas se materializan”, sostuvo la psicóloga.

González enfatizó que para romper con ese ciclo, lo primero que debe hacer la mujer es fortalecerse emocionalmente y recuperar un poco su autoestima. Para esto recomienda acudir a un profesional, preferiblemente que ofrezca servicios gratuitos porque así  el maltratante no se dará cuenta en caso de que controle las cuentas. Otra cosa que resultará de vital importancia para la víctima es tener una red de apoyo que la sostenga y proteja durante el proceso.