Es un fraile muy peculiar, que se ha robado el corazón de muchísima gente y hasta tiene su propia página en las redes sociales. Se trata de fray Carmelo, o fray Bigotón como suelen llamarlo, y se distingue de sus otros hermanos franciscanos por ser… pues un perrito.

Resulta que este schnauzer era un perro callejero que finalmente llegó hace unos cuatro meses al convento franciscano de Cochabamba, en Bolivia, donde fue acogido hasta convertirse en un miembro más de la fraternidad.

Según relatan los propios monjes, el travieso fraile les ha traído muchas alegrías. En un momento dado, incluso decidieron vestirlo con un atuendo similar al tradicional hábito que usan los franciscanos.

El acto de adopción ha sido ampliamente celebrado por una amplia variedad de personas que van desde feligreses hasta organizaciones en favor de los animales y la adopción de mascotas.

En declaraciones al portal atb.com.bo relataron que la idea del hábito que lleva fray Bigotón salió de uno de los títeres que usan para animar a niños, y desde entonces cada vez más gente le ha llamado la atención este peculiar fraile.

Y más allá de que muerda algo y haga travesuras, los frailes resaltan la fidelidad y el cariño que les ofrece el perrito que forma parte de su comunidad.

Entretanto, las fotos de fray Bigotón andando por los pasillos y jardines del convento y bebiendo agua de sus fuentes tienen cada vez más admiradores.