Rehacer la vida de pareja luego de una separación, no es asunto sencillo. Y si a esto añadimos la dinámica de que los hijos se acostumbren a la nueva pareja de papá o mamá, menos.

No importan cuán ejemplar sean tus hijos. Tarde o temprano surgirán situaciones que demanden actos disciplinarios. Ante esta dinámica, es común la interrogante de si esa nueva pareja –futura madrastra o futuro padrastro- puede intervenir y regañar al menor.

¿La respuesta? Por supuesto, que sí –claro, dentro de los parámetros del respeto y del rechazo al maltrato-. Ahora bien, el éxito de este proceso dependerá de varios factores.

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“Primero, hay que ganar confianza”, puntualiza el doctor Enrique Gelpí Merheb, psicólogo clínico especializado en niños y adolescentes. Todo a su tiempo. Si bien “la meta a largo plazo es que esa persona (madrastra o padrastro) intervenga en la disciplina a nivel pleno”, lo cierto es que hay respetar un proceso de adaptación, tanto para los adultos involucrados como para los menores.    

En un principio, el padre o la madre debe dialogar con la nueva pareja “antes de ese primer encuentro con los niños”, enfatiza el doctor.  Esa persona debe saber datos relevantes como las circunstancias de la separación, si existe alguna animosidad con la antigua pareja, el temperamento de los menores, etc. “Esto debe saberse desde temprano, adelantarse a los conflictos que puedan surgir. Ese padrastro o esa madrastra debe estar claro de lo que esté pasando, del cuadro en que va a entrar”.

Una vez se conozcan, para esa nueva pareja, es importante “buscar cómo ganármelos sin ser demasiado permisivo, porque esto puede ser un problema más adelante cuando se entre en la dinámica de disciplinar”.

‘Tú no eres mi mamá’

En el proceso, es común que los hijos reaccionen con esta respuesta en pleno acto disciplinario. Sin embargo, el psicólogo sugiere tener paciencia y “entender que ellos (los menores) están pasando por varias etapas”. Una muy especial es la de encarar que ya papá y mamá no volverán. “Cuando llega una nueva pareja, para los hijos, esa es la mayor evidencia de que la relación de mis padres acabó. Ellos pueden haber disimulado por un tiempo y dar la impresión de que ya se acostumbraron a la separación, pero esta nueva experiencia es la que define cuánto realmente lo han asimilado”. Esto puede ser un golpe fuerte en el proceso de adaptación.

A esta realidad, se añade que “si esa nueva pareja no les cae bien, y el menor saber que hay discordia entre sus padres, pueden llevar la queja a la expareja de su papá o mamá, de que los regañaron”. Esto da pie a que “empiecen a utilizar a los menores para enviar mensajes a la nueva pareja, y poner a los niños en medio del conflicto”.

Lo ideal en el proceso

Hay que hablarlo primero, antes de que se conozcan. Es importante adelantarse a los posibles conflictos que puedan surgir. Tener una idea realista de lo que pueda suceder, y cómo manejarlo.

Al principio, la interacción con la futura madrastra o el futuro padrastro se debe dar fuera de la casa del papá o la mamá del menor, (un parque, un cine, etc.). “No debes ir a buscar a tus hijos con tu nueva pareja”, insiste Gelpí Merheb.

Jamás se debe tolerar una falta de respeto. Si la nueva pareja se encuentra ante una situación de este tipo, el adulto puede decirle al menor, por ejemplo, ‘me siento mal por lo que me dijiste’, o ‘me faltaste al respeto, pero eso lo hablaré con tu papá’. A su vez, debe comunicar la situación a su pareja (papá o mamá del menor). “Será con el tiempo que entrarás en una iniciativa de disciplina”, aclara el psicólogo.

No “comprar” el amor o el cariño del menor, ni a través de regalos materiales, ni buscando ser el mejor amigo. Esto complicará la dinámica de disciplinar más adelante, y ser visto con autoridad.

Tener paciencia. El proceso se tiene que dar gradual, y comprender la velocidad de adaptación de los menores.

No tomar nada personal. Muchas veces la actitud de los menores no tiene que ver directamente con esa nueva pareja, sino con su proceso de aceptar. “Pueden sentir ira y frustración, y eso lo puede descargar en la persona nueva”, dice el psicólogo.

La nueva pareja debe tener claro que los hijos de esa otra persona, son su prioridad.

Lo ideal es que haya buena comunicación entre todos. Un aspecto a conversar son las reglas de disciplina. Por ejemplo, quizás el padre biológico tolera que su hijo vea la televisión hasta la medianoche, mientras la madrastra le exige que vaya a dormir a las 8:00 de la noche. Es importante discutir estos acuerdos con anticipación.

Para citas con el Dr. Enrique Gelpí Merheb, psicólogo clínico especializado en niños y adolescentes: 787-727-7276 o Facebook: Pro-Parents Seminars