Mujer, abre los ojos. Lo que no te hace bien, no conviene. Utiliza tu fuerza para liberarte y tener claro que si hay una relación que debemos mantener toda la vida es con la madurez

Vivimos aprendiendo constantemente, por ello el tiempo para convertirse en una mejor mujer no tiene periodo de caducidad. Siempre podemos seguir creciendo. Sin embargo, es cierto que llega un punto en nuestra vida (sin importar la edad) en el que ya sabemos qué queremos en el ámbito profesional y personal.

Ya sea que deseemos ser dueñas de un negocio propio, ser madres antes de los 30 o mantenernos solteras hasta los 40, cualquier objetivo necesita un plan. Y nuestro compañero es muy importante. Si queremos una relación madura y estable, entonces se debe conversar para que ambos avancen en el mismo camino. 

Aquí, cinco cosas que deberían hacerte analizar si estás en la relación indicada para ti:

1. Constantes indecisiones

Si las dos partes de una relación saben la clase de vida que quieren, es más fácil que lleguen a acuerdos para que ambos queden satisfechos. Claro que se puede cambiar de opinión en el camino, pero al menos deberías tener un compañero que no tenga miedo de hacer planes contigo. Que no te trate un día como la futura madre de sus hijos y al otro te haga sentir como una amiga a la que le tiene especial cariño. Una mujer madura ya no debería deshojar margaritas.

2. Mentiras "inocentes"

Si tu pareja siente que no puede decirte que quiere pasar un rato con sus amigos un jueves por la noche y opta por mentirte diciendo que tiene que trabajar hasta tarde, tienes un problema. Quizás te molestes muy pronto, seas muy demandante o esta palabra tan odiosa: dramática. Pero si no es así, si eres una chica madura, entonces tu pareja miente por gusto. Deben aprender a decir las cosas sin miedo a una gran pelea. Las mentiras no tienen lugar en una relación madura.

3. Ego desmedido

Se siente bien estar en una relación con un hombre seguro de sí mismo. Pero ten cuidado. No quieres ser el personaje secundario de tu propia vida y si estás enamorada de un egocéntrico, quizás ese es el papel que te toque. Hay chicos que solo hablan de sus virtudes, que creen que las mujeres dependen 100% de ellos y necesitan minimizar a los demás para sentirse poderosos. Normalmente el hombre que necesita rugir mucho termina siendo un simple gatito. Necesitan demasiadas caricias al ego para sentirse bien.

4. Celos posesivos

Aún existen chicas que se sienten halagadas por los celos. Sin embargo, estos pueden arruinar una relación. En una pareja madura existe confianza y ambos construyen un espacio seguro para crecer individualmente. Si tu chico te quiere controlar los horarios, te prohíbe hablar con ciertas personas o reniega excesivamente por tu ropa, conversen. Permitir esas actitudes absurdas desgastará la relación.

5. Excusas y más excusas

Una relación madura acepta que ambas partes cometan errores. Como tú no puedes ser la novia perfecta, tampoco esperes un novio que jamás se equivoque. Ya estás grandecita para creer en el Príncipe Encantador. Lo que sí deberías conseguir es un hombre que sepa pedir disculpas en lugar de excusarse como un niño. Ambos deberían saber pedir perdón y reconocer los errores. Solo así avanzarán.