¿El matrimonio es realmente la alternativa para ti? ¿Quieres casarte para desfilar hacia el altar y vivir la experiencia de una boda, o porque realmente quieres empezar una vida en pareja?

Por siglos, el concepto del matrimonio se ha idealizado. No cabe duda de que a muchas parejas les ha ido bien, pero, también, a tantas otras les ha ido fatal. De hecho, en un mundo en que las estadísticas establecen que uno de cada dos matrimonios termina en divorcio, la opción de dar el “sí” invita a muchas interrogantes.

En un artículo para el portal huffingtonpost.com, el psicólogo clínico Phil McGraw, mejor conocido como Dr. Phil por su programa de televisión, invita a reflexionar sobre cinco preguntas que pueden ayudarte a definir si realmente la idea del matrimonio es para ti.

1. ¿Por qué te casas? Sé honesto u honesta y evalúa las razones de tu compromiso. Escribe una lista de pros y contras sobre tu pareja y tu relación. Asegúrate de que no estás buscando casarte para escapar o evitar algo. La idea romántica del matrimonio no es suficiente. Y claro está, si te da malestar hablar del tema –incluyendo los preparativos para la celebración de ese día-, no hace falta que lo pienses más.

2. ¿Conoces y confías en la historia personal de su pareja? El mejor predictor del comportamiento futuro es el comportamiento pasado relevante. Aprende de ello. ¿Cómo se ha comportado tu pareja en relaciones pasadas? ¿Cómo él o ella se ha comportado contigo? ¿Te grita para explicarte algo, o tiene la paciencia de ayudarte a entender? ¿Qué ha aprendido tu pareja sobre el matrimonio de sus padres? Mira de cerca a los padres de tu pareja, porque los hijos aprenden lo que viven.

3. ¿Has planificado un matrimonio, o simplemente una boda? Bizcocho, arreglos de flores, porcelana fina… Lo concerniente a los preparativos te parece emocionante, pero hay más en juego que una fiesta de un día. Tu boda es un día, el matrimonio es de por vida. Tú no solo quieres estar casado o casada, sino más bien, estar felizmente casado o casada. Entonces, tienes que pensar en los próximos 50 años juntos, por decir un lapso. Dedica al menos la misma cantidad de tiempo y esfuerzo que estás utilizando para planificar tu boda, en la planificación de tu matrimonio. Desarrolla un “acuerdo prenupcial emocional” con tu pareja, que exponga los acuerdos respecto a lo que será la crianza de los futuros niños, la disciplina, el sexo –sí, es importante que el uno sepa cuán importante es o no es para el otro lo concerniente a la intimidad sexual-. También, hay que hablar sobre el dinero, la división de tareas domésticas, el trabajo, el concepto sobre la religión, las carreras profesionales, la jubilación, la familia política, etc. Si no planificas discutir estos y otros temas, no serás capaz de combinar con éxito dos vidas juntos, y se prestan para callar aspectos que molestan y que, poco a poco, van minando la relación.

4. ¿Está invirtiendo más de lo que pudieras ganar? Mira el costo de tu relación. Si tienes que renunciar a tus amigos, a tu carrera, o la familia, por ejemplo, para estar con esa persona, el costo es demasiado alto. Si todo se desmorona, cabe la posibilidad de que, emocionalmente, estés en bancarrota. Es mejor estar sano solo, que enfermo con otra persona.

5. ¿Han identificado y comunicado sus necesidades y expectativas? No puedes determinar si alguien es bueno para ti, si primero no conoces tus propias necesidades. Expresa tus necesidades y expectativas ahora -no cuando ya estés en el matrimonio-. ¿Conoces bien a tu pareja? La fórmula para el éxito en la relación girará en función de una sólida amistad y en satisfacer las necesidades de las dos personas involucradas. Así que, asegúrate de que cada uno de ustedes ha expresado sus intereses y de que están dispuestos a ser solidarios y cómplices en esta aventura -a partir de ahora-.