Hace cuatro meses atrás, la última moda entre los estadounidenses era operarse los dedos de los pies para adelgazarlos. Sin embargo, esa tendencia al parecer ya fue desplazada por otra para muchos igual de extraña: la "Stiletto Surgery".

Según han reportado diversos medios del país del norte, cada vez son más las mujeres que acuden a especialistas con el objetivo de intervenir sus pies, pero no para mejorar su aspecto, sino que más que nada para lograr que sus zapatos de taco alto les calcen bien y puedan utilizarlos con comodidad.

Las cirugías pueden llegar a costar miles de dólares y en ellas se acortan dedos, se aplican inyecciones de colágeno e incluso hay quienes solicitan la remoción completa de sus dedos meñiques.

Susan Deming se sometió al procedimiento y relató su experiencia a Fox News. A esta mujer le encantaba vestir zapatos de taco alto, hasta que sus pies comenzaron a dolerle hasta tal punto que sólo podía usar ese tipo de calzado por unos pocos minutos.

"Tenía callos y todo tipo de problemas en mi pie izquierdo. Y finalmente había una solución", contó. El origen de todas sus dolencias era que el segundo dedo de esa extremidad era más largo que los otros, por lo que la solución fue acortarlo en cerca de un centímetro.

Por su parte, quienes optan por las inyecciones de colágeno buscan amortiguar más su pisada. "Cuando se ponen sus tacos altos, es como si estuvieran caminando sobre almohadas", describió Nathan Lucas, un podiatra de Memphis quien desde hace 15 años realiza este tipo de procedimientos.

El especialista reconoció a Fox News que hay mujeres que desean tener sus pies más estilizados, para lo cual le solicitan la remoción de sus dedos meñiques. "Para mí, eso es un poco extremo (…) No le sacaría a nadie un dedo del pie a menos sea necesario", afirmó.

Algo similar opina Cristián Ortiz, jefe de Cirugía de Tobillo y Pie de Clínica Alemana. "En la práctica, que alguien quiera sacarse un dedo es extraordinariamente raro, porque si una mujer quiere ponerse un zapato más estrecho, más bonito, no estaría dispuesta a sacarse un dedo con el compromiso estético que eso le generaría", afirma.

El especialista también asegura que es difícil que este tipo de intervenciones repercuta en el resto del cuerpo. "Si se planea una operación tiene que ser para que no afecte la calidad de la marcha y, en general, acortar un dedo cinco milímetros no afecta en lo más mínimo", sostiene.

"Usar un zapato bonito no es una frivolidad"

Ortiz cuenta que las operaciones de los pies con fines meramente estéticos no son una novedad. De hecho, afirma que hace unos cinco años atrás un medio estadounidense publicó un artículo en el que una podiatra ofrecía cirugías de dedos para las mujeres que querían usar zapatos del tipo "Sex and the City". "Ahí hubo todo un revuelo de la Sociedad Americana de Cirugía de Pies que no recomendaba las operaciones exclusivamente por estética", dice el traumatólogo.

"El tema está hace mucho tiempo en el tapete y ha sido discutido en el ambiente ético si (las operaciones) se deben o no se deben hacer, porque al final desde el punto de vista médico lo que siempre prima es que las ventajas superen a las desventajas. Entonces, si alguien quiere operarse un dedo por estética, no es que esté mal, pero tiene que valer la pena", agrega.

En este sentido, el especialista sostiene que es importante ser cautelosos en que el beneficio que implica la intervención siempre tiene que ser mayor que el costo, entendiendo por éste posibles complicaciones, inconvenientes, tiempo de recuperación, etc.

"Por suerte no es una operación peligrosa, la gente no se muere, no pierde los pies, no queda inválida. Pero en algunos casos sí puede necesitar más de una cirugía para corregir una complicación", indica Cristián Ortiz.

El médico añadió con seguridad que "usar un zapato bonito no es una frivolidad, es una necesidad".

"Uno desglosa el problema y al final habitualmente se trata de mujeres que cuando se ponen una alpargata en la casa no les duelen los pies, pero si se ponen un taco como el que usan todas sus compañeras de oficina, no soportan el dolor", explica el traumatólogo.

"Entonces, el enfoque de ‘yo quiero operarme por estética’ no es tan así, porque esas mujeres quieren usar un zapato normal, porque la mayoría de las mujeres del mundo usan tacos cuando quieren verse bonitas. Por lo tanto, no están pidiendo algo insólito", concluye.