¿Se callan o lo dicen?

Esa  es la disyuntiva   en la que  se  encuentran  los  amigos  Carlos   Rodríguez  y  María  Figueroa (nombres ficticios para proteger  su  identidad)   sobre su decisión de responder a   un   sentimiento   que  se  ha  despertado de  la  noche  a   la  mañana  entre  ambos  o conservar  su estrecha  relación de  amistad.

Carlos  y  María   son buenos amigos hace   más  de  15 años. Se  conocen  desde  jóvenes, porque   se criaron  en el mismo barrio.  Asistían  a  la  misma escuela  y  ambos  vieron  como cada cual se  enamoró de  diferentes  personas y llegaron a  formar   familias  con  sus   respectivas  parejas.  

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La  amistad  entre  ellos   y  sus parejas  se  afianzó  con el  tiempo  y  ambos  matrimonios  compartían con sus   hijos   y  amigos. El grupo de amistades  fue  creciendo   y  más familias   se  unieron al corrillo de  panas.  Son  de esos amigos  que  les  gusta  inventar  cualquier  excusa  para  formar un   bembé   o irse  de chinchorreo los  domingos.  Entre  todos  han creado   una  hermandad  que  Carlos   y  María   no  desean afectar.

Resulta  que  Carlos  se  divorció por mutuo  acuerdo   hace  más  de  dos años   de  su  esposa. Aún  así, el exmatrimonio  conserva  la  amistad  con  el  resto del grupo  y se siguen reuniendo como  buenos  panas  que  son  todos.

María, por su parte, hace  seis  meses que se  divorció también  y al  igual  que  Carlos  mantiene  una  relación  cordial  con su  expareja, quien es también integrante del grupo de amigos.

 Hace  un  mes, Carlos  invitó a  todos a  su hogar  para  celebrar  su  cumpleaños. Todos  la   pasaron  espectacular. La  última  en  marcharse  fue María,  que lo  ayudó a  recoger  la casa. Carlos y  María  conversaron  hasta  entrada la madrugada y  cuando  ella  decidió   marcharse, Carlos  la  sorprendió  con un beso en la boca  que  ella respondió  a  gusto.

Desde ese día,  Carlos  y  María dejaron  de  verse  como  panas  y  entre  ellos ha surgido  una repentina  pasión que  ninguno  puede  explicar  del  todo. Ambos aseguran que  previo a  ese  beso  no  se  miraban  con  otros ojos que  no  fueran los  de  amigos.   El  hecho de  que  ahora  deseen  comenzar  una relación  les  preocupa,   porque temen que se quebrante  la amistad  con el    grupo   en el que  también comparten  sus  exparejas.

Ninguno de los  dos  sabe  cómo  decirlo  o si deben   continuar  en   una relación a  escondidas.

Se atrevieron

Un  panorama  similar vivieron hace  dos  años  y  medio  Betzaida  Meléndez  y  Roberto Ruiz,  amigos  de jangueos  que  cruzaron la  línea de la  amistad  y  ahora   viven  una  relación estable.

Al igual que Carlos y  María; Betzaida  y  Roberto eran parte  de  un  grupo  de amigos que  iban a  todas   partes juntos.  En el caso  de ella, sus  ojos  estaban  puestos  en otro  chico  del grupo que la  hacía delirar.  Mientras  que  a él le  interesaba otra  fémina.

Betzaida  asegura  que siempre  que  intentaba salir  con las  personas  que le  gustaban dentro  del grupo terminaban  ellos  dos  solos  en el jangueo, pero   asegura  que entonces no  sentía  ningún tipo  de  atracción o gusto  por  Roberto.

 “Nos  empezó  a  pasar que  aunque  salíamos   en grupo  y  cada  uno  estaba  interesado en diferentes  personas, algo pasaba  que  terminábamos nosotros  solos. O  a  veces  llegamos  solos  a  los  sitios,  porque  los que  nos interesaban no llegaban,  y  como  nos  llevábamos tan bien,  la  pasábamos  espectacular, pero solo  como  amigos. La comunicación  entre  nosotros dos era más  bien   para  que se diera  el encuentro con los demás.  Un día nos encontramos todos en  un jangueo  en su casa  y  pasó  algo,   y desde  ese día, de  mi parte,  empecé  a  verlo distinto”, recuerda  Betzaida  de  ese  primer  encuentro  en el que  vio a  Roberto  como  un  hombre y  no  como  un  amigo.

Aparentemente,  Roberto sí  le  había   echado  el ojo a  Betzaida  y,  de  vez  en  cuando,  “me tiraba  sus  puyitas”, aunque  ella nunca le  hizo  caso.

Una vez  se  empataron  como  novios, Betzaida  fue la que le pidió  que no se le comunicará al  resto   de los amigos. Quería que  la  relación  estuviera madura. Sin embargo, Roberto lo  comunicó  rápido.

 “Fui  yo la que  no quería  que  se supiera  muy  pronto para  darle  tiempo a  la  relación, pero  él no aguantó  y  fue  corriendo a  decirlo.  En mi caso  me  tardé  en comunicarlo a mi familia. No  sabía  cómo hacerlo,  porque lo  conocían. Lo dije  para  la boda de  mi prima”, añade  Betzaida, quien  hace un  año  convive  con Roberto.

La joven, que  trabaja  en el campo de la publicidad, menciona que una vez  comunicaron su  relación  a las  amistades  han podido vivir  la  libertad  de  amar. Ella  agradece  el  hecho  de que        fueron amigos antes que  pareja, por lo  que  no  existen secretos previos entre  ellos.

 “Para  mí  ha  sido una  ventaja ser  amigos  antes. Nos  conocemos muy  bien,  desde  lo que  nos  gusta  y lo que  no. Si  yo  no  hubiese  sido  amiga  de  él  antes no  conocería   un montón  de cosas  de él  que  de otra  manera él las  hubiese  ocultado.  Con un  jevo   uno  no  se atreve  a decir y  contar  cosas,   porque  se corta  las   patas. Además,  existe  una  confianza  y  una sinceridad desde  el inicio de la relación”, subraya  Betzaida  de  su relación.

 Seguridad  al  comunicarlo

Precisamente, la psicóloga Eva Candelas afirma  que  dentro de las ventajas   entre  las relaciones de  amigos   figura que ambas  partes  tienen  un  camino  adelantado  porque  se  conocen los  gustos, la  comida, sus   personalidades  y qué le agrada  o  no.  Igual, ya  conocen  a  las  familias. En ese sentido, esa  etapa de  enamorar impresionando no es  necesaria   en este  tipo  de  relación.

La  doctora en psicología  destaca  que,  por  lo general, hay  más  ventajas  en  este  tipo  de relación que  desventajas. Eso sí, aclara que en muchos  casos,  se  puede  estar  confundiendo  la  empatía   y  el amor  de  amigos con el de pareja.

“Si como amiga conociste a  su  ex  y  él  salió  lastimado y empiezas  la  relación  debes  estar clara  que  él puede estar  confundido  y  simplemente   está  llenando un  vacío  emocional contigo, que   eres  la amiga. Lo  otro que  se debe establecer de entrada  es  que  si  la relación no  funciona,  ambos   deben estar  conscientes que  se  arriesga  la  amitad”,  explica Candelas.

Sobre el testimonio  de la pareja  de amigos que no  sabe si  callar  su  amor  o  revelarlo, la  doctora  puntualiza  que  lo recomendable  es  comunicarlo  con  sinceridad.

“Una  vez la pareja está  clara  y decidida  en que  van a  tener   una  relación seria deben  comunicarlo. Antes  de eso, no. Las  cosas  se  deben  afrontar  lo antes posible” , puntualiza la psicóloga.

Al cruzar  la  línea  de la amistad

La psicóloga  Eva  Candelas sugiere que  antes  de  entablar  una  relación de  pareja  con  ese  amigo   de toda la  vida se debe  evaluar  si  realmente se  trata  de  amor  o  de llenar  unos  vacíos emocionales. Una  vez se decidan a   estar  juntos  como  pareja  deben  tener claro que de  no  funcionar existe  el riesgo de que la  amistad se quebrante.  La  recomendación en estos  casos  es que  la  pareja  comunique  lo antes  posible su relación.