No es un secreto para nadie que, en muchas sociedades, la homosexualidad sigue siendo un tema de gran debate, sobre todo cuando se especula sobre los orígenes de la misma, ya que parece contradecir la tendencia natural de la reproducción humana.

Pero, ahora, el diario Huffington Post ha revelado que investigadores de la Universidad de Portsmouth, en Inglaterra, plantean una nueva –y no menos controversial– teoría: que la homosexualidad evolucionó en los humanos y otros primates porque nos ayuda a crear vínculos más estrechos entre nosotros mismos.

Para el estudio del cual deriva dicha teoría, se les pidió a 92 féminas que expresarán hasta qué punto estaban de acuerdo o en desacuerdo con varios postulados hipotéticos sobre comportamiento homosexual. Entre los postulados estaban los siguientes: “La idea de besar a una persona del mismo sexo me parece sexualmente excitante” y “Si alguien del mismo sexo me coqueteara, me desagradaría muchísimo”.

A continuación, los investigadores midieron los niveles de progesterona en la saliva de las mujeres de la muestra, ya que dicha hormona está asociada con el acto del vínculo social.

Los hallazgos

Los investigadores encontraron que las mujeres con altos niveles de progesterona estaban más abiertas a involucrarse en una actividad homosexual. Los científicos especulan que la progesterona incita a las personas a querer relacionarse con otros. Y ya que la actividad sexual es una forma de crear vínculos entre humanos, el comportamiento homosexual, al igual que el heterosexual, se estimula.

En otro experimento, 59 hombres hicieron acertijos de palabras, llenando blancos con palabras de una de las siguientes categorías: amistad (por ejemplo, llenando los blancos “am..os” se convierte en “amigos”), sexo (“s..os” se convierte en “senos”) o neutral (“cua…do” se convierte en “cuadrado”).

Los investigadores encontraron que los hombres que completaron los acertijos de amistad estaban 25% más dispuestos a la idea de tener sexo con otros hombres que los participantes de los otros dos grupos. En otras palabras, cuando los hombres pensaban en establecer vínculos con otros, estaban más abiertos tanto a comportamiento homosexual como heterosexual.

“Es muy complejo”, dijo uno de los investigadores, pero, al parecer, hay correlación entre afecto y sexualidad, y la habilidad para tener relaciones sexuales con otros del mismo sexo o del sexo opuesto es común. En los humanos, muchos comportamientos sexuales entre personas del mismo sexo se presentan en individuos (masculinos y femeninos) que no necesariamente se identifican como homosexuales.

No todos están de acuerdo

Por su parte, otros científicos le han restado credibilidad a este estudio, cuyos hallazgos son considerados como “teorías plausibles”, ya que reconocen que el comportamiento homosexual tiene unos beneficios sociales, pero de ahí a que la progesterona sea un indicador de esto es un “reclamo” engañoso. Al menos, así opinó el Dr. Dr. Gerard Conway, profesor de endocrinología reproductiva  en el University College, de Londres, y quien no estuvo involucrado en la investigación.