Aunque parece haber consenso en que una infidelidad consumada es la que incluye la relación sexual, hay quienes entienden que también es deslealtad cuando la pareja desarrolla una relación estrecha con otra persona, aun si no hay sexo.

De acuerdo con un estudio noruego reseñado en Science Daily, los hombres y las mujeres no reaccionan igual a esos dos tipos de "infidelidad". Los primeros se sienten más celosos si la infidelidad es sexual, mientras que las mujeres resienten más la emocional. La respuesta, al parecer, está en la psicología evolutiva.

“La psicología de los hombres y las mujeres es similar en muchas áreas, pero no cuando se trata de la reproducción”, indicó Mons Bendixen, profesor de la Universidad Noruega de Ciencia y Tecnología, quien, junto a otros dos académicos, publicó un estudio sobre los celos que contó con 1,000 participantes.

Aunque los psicólogos evolucionistas esperaban que los hombres y las mujeres respondieran de maneras diferentes a preguntas sobre infidelidad y celos, se sorprendieron de que las diferencias fueran tan notables.

Noruega es uno de los países con mayor grado de equidad entre los géneros y, entre otras cosas, se espera que los padres cuiden a los hijos y les cambien pañales. De hecho, los hombres tienen una licencia por paternidad. Sin embargo, las diferencias entre hombres y mujeres sobre qué desata los celos, son las mismas.

Una perspectiva psicológica dice que la raíz está en los roles culturales y otra establece que es algo evolutivo. Según esta última, hombres y mujeres han tenido que adaptarse a retos relacionados con la reproducción y la infidelidad es uno de ellos. Los hombres tienen que aceptar si un hijo es suyo, mientras que una mujer no tiene que cuestionarse jamás el vínculo con la criatura en su vientre. Entonces, según este análisis, son más celosos a la posibilidad de una deslealtad que incluya intimidad sexual.