Cuando abordamos al Dr. Juan Carlos Malavé Rexach –quien es sexólogo, sexopedagogo y perito forense con especialidad en el área de educación sexual– sobre qué hacer cuando en una relación el hombre no es tan buen amante como la mujer quisiera, lo primero que el experto hizo fue lamentarse sobre la frecuencia con que las féminas confrontamos esta situación. 

“Este problema”, dijo, “está en ascenso. (Sexualmente,) con la mujeres y los hombres existe una discrepancia porque las mujeres hoy día se educan más en sexualidad, de lo que se educan los hombres. A la gran mayoría de las mujeres le interesa tener conocimiento en el área de la sexualidad”, reconoció el especialista. “Leen mucho sobre sexualidad, toman talleres y cursos en la universidad… De hecho, en el curso de sexualidad que estoy dando en verano, todas (las alumnas) son mujeres y (solo hay) dos hombres estudiantes de bachillerato (que eligieron) sexualidad humana como electiva. Además, mi experiencia en estos 20 años (como sexólogo y sexopedagogo) es que en todos mis talleres y cursos, la gran mayoría de las que los toman son mujeres”.

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“Los hombres, la gran mayoría entiende que por ser hombres, ya están capacitados automáticamente” como buenos amantes, destacó el experto. 

Pero, la que más o la que menos de nosotras sabe que, ejem… eso no es así como así. Como  nos educamos más en este renglón, “esto conlleva que muchas mujeres saben lo que es sexualidad erótica, saben de fantasías sexuales, saben lo que es la sexualidad más comunicativa”, detalló Malavé Rexach. 

Por otro lado, en su opinión, “los hombres saben más de la sexualidad… pero en (términos de) ejecución: cómo penetrar, algunas posiciones sexuales… lo básico. Y creen que porque saben eso, saben todo en el área de sexualidad. Entonces, cuando llegan a tener una relación, hay una discrepancia entre lo que la mujer espera (basándose) en lo que ha aprendido de los cursos que ha tomado”, y la cruda realidad con la que se encuentra: Ella sabe más que su pareja y su pareja jura y perjura que es un titán en la cama.

Nuestra responsabilidad

Ahora bien, si es cierto que sabemos más que ellos y que quisiéramos que los encuentros en el lecho fueran más creativos y variados, ¿cuál es la responsabilidad que nos toca? ¡Comunicar lo que queremos! Decir, sin vergüenza ninguna, dónde, cómo y cuándo queremos hacer el amor.

Sin embargo, la realidad es que “la gran mayoría de las mujeres no se lo comunica a los hombres; no les comunican lo que les gustaría  o no les gustaría porque nuestra cultura nos dice que el hombre es el que ‘dirige’ en el área sexual. Por eso, hay un disloque”, se lamentó el experto.

El conformismo

De acuerdo con Malavé Rexach, muchas mujeres sobrellevan vidas sexuales aburridas porque “racionalizan, ‘A lo mejor no es muy bueno en la cama, pero es muy buen hombre’. Compensan de esta manera”. Sin embargo, el experto está segurísimo de que, si la cosa fuera al revés, si fuera la mujer la que tiene un pobre desempeño en el lecho conyugal, “el hombre no lo racionalizaría. Se lo informaría (a ella) en una comunicación abierta” y, seguramente, le exigiría a ella un cambio drástico en este aspecto.

De otra parte, Malavé Rexach opina que el conformismo también puede obedecer a que “a la mujer se le hace difícil decírselo al hombre”. O sea, se le dificulta dejarle saber que él no es tan bueno en la cama como ella quisiera, porque teme que “si ella le demuestra lo mucho que (ella) sabe, (puede haber) una malinterpretación del varón (que le pueda reclamar), ‘¿De dónde aprendiste eso?’. Por eso es que hay muchas limitaciones”.

Entre los posibles factores para el pobre desempeño masculino en los encuentros sexuales con sus parejas, Malavé Rexach mencionó varios que podrían estar influyendo.  

“La vida acalorada, la vida sin  tiempo que vivimos hoy día”, destacó el sexólogo, “con los problemas económicos y las varias responsabilidades hacen que el tiempo de las parejas (juntos) se vaya acortando. El poco tiempo que les queda, muchos de ellos no tienen esa energía, esa dinámica o esa creatividad para sacarle (partido) a esa sexualidad. (Realizan) el coito… y ya”.

Otro aspecto que resulta en el detrimento de las relaciones amorosas es que, según el especialista, nos hemos vuelto “demasiado materialistas. Lo único que (sentimos que) necesitamos es poseer cosas materialistas, carro, muebles… Nos hemos olvidado de las emociones, de los sentimientos, de compartir, de relacionarse”.

Vital la confianza

Por último, Malavé Rexach destacó que la pareja debe “tener la confianza de hablar de su sexualidad. Si eso no existe,  tienen que realizar un tipo de terapia o de consejería en el área de comunicación pareja” para que, con la ayuda de un profesional, aprendan a manejar la situación. 

“Creo que por más problemas que tenga una pareja, uno tiene que abordar las cosas con sinceridad. Y  si la  persona no está receptiva... hay que tomar decisiones. Porque,  usted se casa para toda la vida, pero es para ser feliz, ¿verdad?”.