Es una reputación que los ha acompañado por años. Tanto es así, que centros investigativos han destinado esfuerzos para estudiar si, en efecto, los hombres piensan en sexo en una proporción mucho mayor de lo que lo hacen las mujeres.

Hace un tiempo, un grupo de investigadores de la Universidad Estatal de Ohio reveló un estudio que afirma que los hombres, como media, piensan en cuestiones relacionadas con el sexo “solo” unas 19 veces al día, mientras que las mujeres lo hacen unas 10 veces. Este estudio hizo a un lado el mito difundido por años de que los varones piensan en un tema relacionado con el sexo una vez cada siete segundos a lo largo de las 16 horas en las que no están dormidos, lo que equivaldría a una cantidad aproximada de 8,000 veces al día.

Sin embargo, aun cuando la cantidad revelada es mucho menor de la que se pensaba, según el estudio más reciente, los hombres siguen al frente en una proporción casi dos veces mayor en comparación con el sector femenino.

Al abundar sobre el estudio, la doctora Carmen Valcárcel, experta en sexualidad humana, especifica que “pensar en situaciones relacionadas con la conducta sexual ocurre de forma variable dependiendo del individuo”, y aunque “los estudios revelan que la frecuencia con la que ocurren esos pensamientos es de alrededor de unas 19 a 20”, serán “las características particulares del individuo, su personalidad, su crianza, su genética y el ambiente” las que ejercerán gran influencia en la frecuencia en la cual se tienen ideas sexuales. En este sentido, Valcárcel añade que “un factor importante en nuestros días es que existe multiplicidad de estímulos para provocar ese pensamiento sexual”.

Sin embargo, “más que en relaciones sexuales, los hombres piensan y actúan sobre actividades que les brindan las destrezas necesarias para ser más efectivo, mas fuerte, más atractivo, e incluso mejor proveedor. Esto también los lleva a establecer comparaciones para asegurar que tienen acceso a una o varias parejas”.

El por qué de la reputación

La sexóloga explica que “en los seres humanos, las mujeres son las receptoras. En la mayoría de las interacciones, son las que determinan si habrá o no actividad sexual y cuándo”. Por lo tanto, “biológicamente hablando, son ellos los que tienen que estar ‘listos’ para que en el momento en que la hembra dé permiso, puedan participar de la actividad reproductiva”. La doctora añade que, “tanto es así, que aun mientras están dormidos, los hombres tienen sueños eróticos que ayudan a que sus órganos genitales se mantengan saludables y preparados para la actividad sexual”.

Por otro lado, algunas mujeres se quejan de que, aun cuando ellas están experimentando un proceso emocional complejo (tristeza, preocupación, enojo, luto), sus respectivas parejas les hagan insinuaciones para tener intimidad sexual. Al respecto, la doctora expresa que muchos hombres tienen la capacidad de dividir  “los eventos y se les hace un poco más fácil escuchar su cuerpo a la hora de iniciar una relación sexual con su pareja, aun en momentos de crisis. También, se trata de la experiencia de sentirse mejor, y a veces hasta con más claridad mental, luego de tener actividad sexual”. La sexóloga analiza que “esta actitud podría considerarse ‘insensible’, pues parte importante de una relación es la empatía. Si él no puede, o no tiene, la capacidad de ‘percibir’ que la situación requiere abstenerse de la relación sexual, puede verse como perverso o insensible”.

Sin embargo, la doctora analiza que bajo esta misma premisa “podríamos decir que a las parejas de esos caballeros se les podría considerar ‘insensibles’ al no comprender que ellos ‘necesitan’ esa actividad sexual aún en tiempos de crisis”.

Lo que piensan y lo que les inquieta

Valcárcel aclara que los temas en que piensan los varones son muy variables. Desde partes específicas del cuerpo, situaciones pasadas o, muchas veces,  fantasías. “Puede ser algo tan simple como que olieron un perfume que les recuerda una pareja o situación”, expresa a modo de ejemplo. “Puede ser una imagen en algún medio de comunicación que despierte el deseo sexual. En fin, cualquier estímulo sensorial (sonido, imagen, toque, olor, sabor) puede traer a la mente pensamientos sexuales”.

En cuanto a temas sexuales que más les inquietan, se incluyen el tamaño del pene, la capacidad de sostener la erección por el tiempo necesario y la posibilidad de no tener la erección, entre otros. “En realidad, piensan en todas aquellas cosas que les harían un mejor prospecto para obtener la mejor pareja”, menciona la sexóloga.

No hay que confundir

Ahora bien, aun cuando los estudios establecen que los hombres piensan con mayor frecuencia que las mujeres en cuanto a temas sexuales, no se debe confundir con los impulsos de aquellos que sufren una adicción sexual.  Al respecto, la doctora especifica que si el hombre tiene pensamientos sexuales muy frecuentes, esos pensamientos interrumpen su funcionamiento (trabajo, actividades del diario vivir, socialización, etc.), y siente que tiene poco o ningún control sobre su pensamiento y/o conducta relacionada con esos pensamientos, podría significar que tiene una compulsión por lo sexual (o “adicción sexual"). “Si por el contrario, él tiene una alta frecuencia de pensamientos sexuales, pero no molesta sus actividades, puede detenerlas a voluntad y no es constante, entonces podríamos decir que podría ser típico para él”, menciona Valcárcel.

Para citas con la Dra. Carmen Valcárcel: MiMejoramiento.com o 787-764-5642