Herida mortal a la relación entre madre e hija.

La falta de valores puede provocar situaciones sumamente dramáticas en el hogar como, por ejemplo, que una hija tenga un amorío con el compañero sentimental de su madre.

Noemí Bernier Domínguez, psicóloga licenciada, opina que una situación como la antes expuesta, definitivamente, afecta la armonía de la familia, que se verá impactada emocional, espiritual y psicológicamente. Entonces, pueden surgir sentimientos de coraje, rencor, desconfianza y culpa entre sus miembros. “Si este tiempo de crisis familiar no es atendido adecuadamente, pudiera provocar problemas de depresión y ansiedad, entre otro tipo de dificultad con las relaciones sociales futuras”, asevera la psicóloga.

“Por parte de la madre, se ve afectada su relación de pareja, provocando tristeza y una gran desilusión, pudiendo reflejar falta de confianza en sí misma”, destaca Bernier, quien añade que el mayor conflicto es el daño que sufre la relación entre madre e hija, pues se afecta la confianza, la comunicación y el respeto entre ambas.

¿Qué debe hacer la madre al momento de enterarse de la traición? “Lo primero que debe hacer una madre al enterarse es dialogar con las partes y entender e investigar cómo sucedió. Además, la madre debe organizar sus prioridades y darle más atención a aquella relación que sea de mayor valor. Podemos entender que los hijos entran en ese orden de prioridad”, recomienda.

¿Cómo es posible?

Bernier Domínguez establece que no se puede generalizar en las razones o causas que pueden llevar a una hija a cometer tal acto en contra de su propia madre. Sin embargo, la psicóloga expone que existen dos aspectos fundamentales que pudieran provocar dicha acción. El primero es que los valores no estén bien fundamentados o definidos, dando lugar a que el respeto y la fidelidad sean sacados fuera de contexto dentro de la relación entre madre e hija.

El otro aspecto que pudiera llevar a este tipo de situación es la falta de manejo emocional ante un coraje existente entre madre e hija. Esto “pudiera llevar a tomar decisiones que terminan faltando a las relaciones familiares”, asegura la experta.

Si “la hija corresponde a esa relación, se debería explorar si es por razones de la ausencia de la figura paterna y el manejo del proceso de separación de sus padres biológicos”, advierte la profesional.

Del mismo modo, Bernier Domínguez expone que la razón principal por la que un hombre puede caer en esta conducta es también la ausencia de valores morales.

¿Es posible perdonar?

La psicóloga establece que no existe justificación para que un hombre se involucre sentimentalmente con la hija de su compañera y que cualquier relación de pareja en la que se falle a los valores de la fidelidad y del compromiso implica una falta de respeto.

En cuanto a la relación entre madre e hija, el perdón será posible, pero tomará su tiempo. “El perdón es un concepto que debe ser siempre considerado por toda persona que ha recibido algún tipo de desilusión o conflicto. Sin embargo, es un proceso que conlleva tiempo, esfuerzo y mucho trabajo”, asegura la experta.

Es por eso que Bernier Domínguez recomienda que tanto madre como hija busquen ayuda profesional para poder resolver sus diferencias. “La confianza es algo que se gana con el tiempo y se pierde en un segundo. Sin embargo, siempre que ambas partes estén dispuestas y desarrollen la madurez suficiente para poder lograr un perdón y una reconciliación genuina, claro que se puede restaurar”, asegura la psicóloga.

“Lo importante es trabajar fuerte con la ayuda de algún psicólogo, consejero, sacerdote o pastor”, sugiere Bernier Domínguez, quien añade que, afortunadamente, estos casos son incidentes aislados.