Es la típica pregunta que aterroriza en las reuniones familiares, cuando en medio de la comida van y te zampan el “bueno, ¿te vas a quedar jamona?” o “¿cuándo nos vas a presentar a tu novia?”. Generalmente, un silencio incómodo sigue a la pregunta y las ganas de que nos trague la tierra se acrecientan.

Más allá de la indiscreción de la pregunta hay una razón que, en el fondo, es bien intencionada: te consideran una persona que merece compañía estable y no estar saltando de pub en pub (que no tiene nada de malo, si eso es lo que te gusta) y, si para colmo ya estás “pasado de añitos” se activa el ejército de los que piden nietos o te dicen que se te está acabando el tiempo.

Casarse no debería ser una obligación para nadie, pero hay quienes se “echan la soga al cuello” por las peores razones posibles. Entre ellas, según la revista Psychology Today, están las siguientes:

1. Eres la única soltera en tu grupo de amigas. Okay, has pasado ya por cinco bodas este año y coleccionas trajes de dama de honor en un rincón del closet. Eso no significa que tengas una diana en la cara para que te tiren los dardos de “cásate, cásate ya”. Es una decisión bien personal y, después de todo, unir tu vida con la de otra persona por no quedarte atrás es un terrible error.

2. Tienes miedo a la soledad: Ahí el problema es interno y un anillo de boda no va a solucionarlo. De hecho, hay gente que, emparejada o casada, se siente más sola que antes. Casarse es un compromiso, un reto, una montaña rusa emocional que requiere paciencia y energía y, si la única motivación es rendir planilla conjunta, mejor quédate solo.

3. Sientes que se te va a “escapar”: Lanzar una declaración de amor por aquello de que no te dejen garantiza que, a la larga, te dejen. Es casi matemático. Si tienes una pareja desde hace tiempo y la cosa funciona como está, casarse parecería ser el próximo paso lógico, pero hay que tomar en cuenta que no todo el mundo quiere pasar por un altar. Es una decisión conjunta.

4. Tienen hijos que “merecen una familia”: Hoy día, tener un hijo fuera del matrimonio no tiene nada de excepcional. Si esa es la única razón por la que contemplas una boda, no es razón suficiente: tus hijos necesitan a sus madres/padres, pero no vivir un infierno bajo el mismo techo.

5. Te pidieron la mano en público: Ya sea en una pantalla gigante en un estadio, o en medio de un concierto, o hasta en un restaurante lleno de gente, el miedo de hacer el ridículo puede hacerle corto circuito a tu cerebro y decir que “sí” cuando, en verdad, quisieras ahorcar a tu amado. Si “se te chispoteó”, espera a que estén solos y conversen si realmente quieren dar ese paso.

6. Llevan una eternidad juntos: La gente da por hecho que están casados o tus parientes están locos por ir al bodorrio. Casarse no es un evento multitudinario ni para complacer a nadie, es unir tu vida con otra persona porque no te imaginas