Desde que se inventaron las excusas...

Si tu novio o novia te dice la famosa frase “realmente, considero que eres mucho para mí y te mereces algo mejor”, entérate: te están dejando... con anestesia.

Dicha línea tan trillada es, para la doctora Kevia Calderón, una de las excusas más comunes para terminar con una relación de pareja.

Según la experta en salud mental, a esta excusa le sigue: “No estoy preparado para un compromiso como el que tú te mereces”. “Realmente, cuando se usa esa excusa, la persona no quiere ningún tipo de compromiso, por lo menos, no con quien la recibe, aunque si esté dispuesto a involucrarse con otra persona”, opina la doctora Calderón.

Otra excusa bastante común es decir “estoy confundido y no sé lo que siento”. Según la doctora, dicha excusa puede parecer válida, porque, realmente, en ocasiones, los sentimientos pueden ser confusos. “El problema estriba en que, por lo general, cuando llegamos al punto de tener que usar esta excusa para terminar con una persona, es porque ya nos hemos dado el permiso de llegar bastante lejos en la relación y a esas alturas, resulta irónico y poco probable que estemos experimentando dudas. Y claro, es más fácil decir que no sabemos lo que deseamos, a decir que ya se nos terminó el goce de la novedad”, expone la doctora.

Por su parte, la doctora Amelia Rodríguez, psicóloga clínica y perita forense, sostiene que una de las razones (o excusas, según la apreciación) que comúnmente utilizan las personas para culminar las relaciones es “necesito tiempo”. “En algunas ocasiones, existe una confusión sobre los sentimientos o expectativas de la relación. Pero en muchos casos, ya la persona ha tomado una decisión, pero le resulta difícil terminar definitivamente. Prefiere que la otra persona se canse de esperar o tener más tiempo para prepararse emocionalmente y cortar la relación”, advierte la doctora Rodríguez.

Otra frase que se escucha con frecuencia, según la doctora Rodríguez, es “el amor se ha transformado”. “De esta forma, se le hace saber a la otra parte que todavía existe el sentimiento, pero –que al pasar del tiempo y por las diversas situaciones que han vivido– es diferente”, acota la experta en salud mental.

Evadiendo la responsabilidad

La doctora Rodríguez expone que “una excusa es una razón que se da para justificar una acción. Dentro de las excusas pudieran emplearse mentiras, pero no son palabras sinónimas. Lo que ambas tienen en común es la finalidad, que por lo regular, es minimizar el impacto o consecuencia negativa que pudiera resultar de una acción”.

Muchas personas, establece la doctora Rodríguez, usan las excusas para terminar las relaciones de pareja como una estrategia para intentar minimizar el impacto de la situación y las posibles consecuencias negativas que puedan tener.

La doctora Calderón asegura que “todos, por igual, tendemos a ofrecer excusas cuando nos encontramos en situaciones incómodas o difíciles, principalmente, si se trata del campo del amor. Por lo general, cuando de asuntos de amor se trata, tanto hombres como mujeres pueden sentirse forzados a ofrecer excusas, principalmente, cuando existe un rompimiento inesperado y sin que existan razones de peso aparentes para ello”.

Incluso, según la doctora Rodríguez, desde edades tempranas, comenzamos a emplearlas a modo de justificar nuestras acciones o de librarnos de alguna responsabilidad.

Honestidad ante todo

Para la doctora Calderón, utilizar una mentira para terminar una relación nunca es apropiado o ético. “El fin no justifica los medios. Muchas veces la persona justifica su conducta expresando que no quiere herir o lastimar a la otra parte al decirle la verdad por la que está rompiendo la relación. Si bien es cierto que debemos ser prudentes y evitar detalles innecesarios, hirientes o humillantes, también es cierto que la verdad es nuestra mejor carta de presentación, ya que las mentiras a largo o corto plazo, han de saberse y las consecuencias son peores para todos”, establece la doctora Calderón.

El que recibe las excusas se ve afectado, ya que –por lo regular– no comprende la justificación que se le ofrece, según la doctora Rodríguez, quien añade que dicha persona, además, puede mantenerse a la expectativa de una reconciliación porque la excusa pudiera ser percibida como una confusión temporera, lo que alarga los sentimientos de tristeza, coraje y frustración.

“Afecta a ambas partes, ya que dificulta el cerrar el capítulo de esa relación, lo que provoca una sensación de estancamiento emocional y se afecta el bienestar de los involucrados”, afirma la doctora Rodríguez.

¿Y cuál es la manera sensata de terminar una relación? Sencillo. Para la doctora Rodríguez, es importante expresar de manera precisa y no ofensiva aquello que medió en tal determinación, sin rodeos y sin dilatar algo que se sabe, no se interesa mantener.