Desde un componente cultural o el machismo hasta inseguridades, traumas del pasado o insatisfacción son señalados como algunos de los factores que llevan a un hombre a ser infiel en su relación de pareja.

Pero lo que muchas personas se preguntan es si es posible que un hombre que por mucho tiempo ha sido infiel pueda cambiar y convertirse en una persona monógama.

La respuesta puede variar de acuerdo a las experiencias de cada quien y ninguna es errada, pues hasta la opinión de los expertos en el campo de la psicología está dividida.

Si hay voluntad, es posible

Cuando existe el deseo de cambiar, también está presente la posibilidad de dejar a un lado la infidelidad para entrar en un compromiso con una sola persona, destacó el psicólogo clínico Carlos Sosa.

“Siempre es posible cambiar. Lo que pasa es que hay unos patrones que una vez se establecen a veces están bien arraigados. El ser humano es muy variable, a veces con las crisis que surgen de esos patrones pueden resultar como motor para impulsar el cambio”, opinó Sosa.

Sin embargo, el psicólogo enfatizó que para que ese cambio se logre es esencial que ocurra un cambio interno y un deseo genuino de dejar a un lado la infidelidad para ser fiel a una sola persona. Esa motivación debe surgir de la persona sin verse obligada o influenciada por otra.

“Un hombre que ha perdido su familia, a su pareja, que pierde contacto con sus hijos puede llegar a tener una crisis en la vida que lo lleve a tomar la decisión de cambiar. Ese cambio tiene que darse porque entiende que es conveniente para lograr una vida mejor”, explicó Sosa.

Patrones difíciles de romper

Por su parte, la psicóloga clínica Grisell Rodríguez, señaló que cuando un hombre no se siente cómodo con su relación de pareja y busca el amor fuera de casa, difícilmente deja a un lado ese patrón.

“Por las teorías de personalidad. Se supone que las personas a los 18 años ya están creando su personalidad, cómo se va a dirigir en la vida. Los hombres tardan un poco más, quizás hasta los 25. Cuando un hombre tiene este patrón de infidelidad es porque es parte de su personalidad y es muy difícil cambiarlo”, señaló Rodríguez.

Tomando en cuenta su experiencia profesional, la psicóloga mencionó que la insatisfacción y los traumas que dejan malas relaciones pasadas son los factores que más influyen en la decisión de ser infiel.

Si él no se siente satisfecho va a buscar lo que quiere en otra parte. Se conoce de parejas que han subsistido llevando una doble vida en la que se alcanza una “situación satisfactoria para todas las partes”, dijo Rodríguez.

Por un lado, el hombre tiende a mantener su relación conyugal con una mujer a la que considera “buena madre y esposa”, y por el otro busca satisfacer sus deseos sexuales o afectivos con otra persona fuera del matrimonio. Si a esta situación se añade el hecho de que la esposa se haga de la vista larga y no le preste importancia al desliz de su marido, entonces se dan las condiciones para que ese triángulo amoroso permanezca por mucho tiempo.

“Son patrones de comportamiento que una vez creados son difíciles de romper. Probablemente si termina una relación por infidelidad y la próxima que tenga no cumple sus expectativas, volverá a ser infiel”, opinó Rodríguez.

Lo que se necesita para cambiar

Aunque ve poco probable que un infiel pueda “rehabilitarse”, Rodríguez señaló que esto podría ocurrir si el hombre alcanza una edad de mucha madurez.

Mientras que Sosa destacó que es posible cuando la persona toma la determinación de dejar atrás la conducta infiel y busca ayuda profesional. A través de la terapia, la persona puede explorar esas razones que la han llevado a establecer ese patrón.

“En el fondo lo que puede haber son miedos a no cumplir expectativas, puede haber experiencias que lo hayan marcado. Si se pueden identificar esas variables, la persona puede mejorar su autoconcepto, fortalecerse y explorar recursos para mejorar y arreglar el patrón”, destacó Sosa.