Este próximo martes 13 de diciembre tenemos la última luna llena del año. Este es el momento del ciclo lunar con mayor intensidad y conexión emocional. Es el momento donde más vulnerables estaremos antes de comenzar el próximo 2017 y también el momento en donde más conectados con la intuición estaremos. Es por esto que siempre recomiendo la última luna llena del año como punto de partida para la preparación para el cierre y comienzo del ciclo gregoriano. Este año es aún más importante esta luna porque se encuentra a una semana del comienzo del último tránsito de Mercurio Retrógrado de este año y del Solsticio de Invierno.

Tanto el Mercurio Retrógrado como el Solsticio de Invierno avivan lo obscuro, la tristeza, la incomodidad, las inseguridades y el contacto con el arquetipo de la sombra. Según Jung, la sombra es ese complemento del Yo. Es ese lado neurótico, hostil y hasta agresivo que todos tenemos pero que siempre queremos controlar y dejar a un lado. Entonces, cada vez que nos enfrentamos al cierre de un ciclo, en este caso, el del fin de año, se presenta la dualidad de poder sobrellevar el ciclo de una forma saludable o si dejamos que el lado de la enfermedad se apodere. Si dejamos que la enfermedad se apodere, pasaremos a partir del 13 de diciembre con el estado de ánimo en el hoyo negro de las recriminaciones propias. Entraremos en el martirio de cuestionarnos porqué hicimos lo que hicimos y de todo lo que no se pudo a lo largo del año. Así llega la culpa y todas las emociones que conspiran para el estancamiento.  En cambio, podemos escoger cerrar el ciclo de una forma saludable. Y esto se hace ultra posible con esta última luna llena. La misma estará en el signo de Géminis. Esto nos da una oportunidad para, si tenemos conciencia, conectar con la vivacidad, la alegría, el movimiento, el progreso y el dinamismo.

Esta luna llena en Géminis nos sirve de ancla para ser compasivos con nosotros mismos y para hacer un análisis acertado del año. Es una oportunidad para cerrar el ciclo manejándonos desde la verdadera paz interior pues debemos resaltar nuestros esfuerzos en torno al bienestar, la abundancia y la salud. Tomar esos esfuerzos (por más pequeños que hayan sido) como base sobre la cual podemos seguir edificando compromisos internos para generar los cambios externos que queremos cosechar en el presente y a lo largo del 2017. 

El 13 de diciembre tengamos la consciencia de acoger la voluntad de estar bien. La misma comienza con el simple hecho de tener este pensamiento como meta inquebrantable. ¿Por qué no pensarlo? ¿Por qué no creerlo o quererlo? El Universo siempre está dispuesto a apoyarnos en esa sintonía del estar bien, si estamos dispuestos a ello. 

Es importante ahora asumir el positivismo genuino y la alegría como complementos a nuestra actitud cotidiana. Dejemos que todo esto crezca en nosotros con la fuerza de la llenura de la luna. Hay que tomar consciencia de todo lo que queremos para el 2017. Empecemos el proceso de averiguar lo que se quiere a partir de este día. Todos los días a partir de ahora es importante hacer algo que abone a lo que se quiere lograr. Es así como se cierra el ciclo y se abre el próximo de forma saludable.

¿Qué hacer con esta última luna llena del año?

1. Conecta con lo logrado este 2016.

2. Honra tus esfuerzos.

3. Establece compromisos contigo mismo.

4. Escribe los compromisos más importantes para el 2017.

5. Coloca ese papel a la luz de la luna durante las noches del 13 y el 14. Luego colócalas en tu altar o debajo del mattress de la cama donde duermes.

6. Prende una vela blanca esa noche para que la luz lunar se esparza por todo tu espacio y espíritu.

7. Particularmente, el 13 y el 14 de diciembre ten una buena actitud ante la vida.

8. Relaciónate abundantemente. Da para recibir.

9. Atrae nuevas oportunidades durante la luna llena.

10. Rodéate de gente similar.

11. Piensa saludablemente.

12. Acepta tu sombra pero escoge tu verdadero Yo para relacionarte armoniosamente con la vida que mereces.