El 22 de agosto de 2017 el Sol pasa del signo de Leo a Virgo. También es el día después del eclipse solar total tan esperado.

Tanto el eclipse como la energía del Sol en Leo nos conectaron con el espíritu de querer lograr aún lo inlograble. Si nos dejamos llevar, tenemos ahora la mente con pensamientos ambiciosos y que generan una luz verde para salir adelante. Buscamos información, se abrieron puertas, nos movimos y estamos sedientos de más. Ahora ya fuera de la constelación de Leo y pasado el eclipse es cuando hay que dar el todo por el todo.

Ahora necesitamos un tipo de fuerza particular. La fuerza que nos ayuda a concretar esos sueños y esas metas para que pasen de inalcanzables a realizables. Eso es precisamente lo que Virgo nos da. Así que hoy podemos comenzar a celebrar el compromiso personal con el logro de metas. Utilicemos el tiempo en su totalidad para ser efectivos. Este mes debe rendir al máximo.

Virgo nos ayuda a organizarnos. A emprender el camino concreto. Nos hace ser sistemáticos y lógicos. Este modo de operar nos lleva a ir a las acciones diarias. En ocasiones, nos volverá muy exigente con el modo de hacer las cosas. Esto solo se debe porque Virgo quiere que demos el máximo. Este desempeño de excelencia nos llevará al éxito rotundo. Más que hacer mucho, la clave es hacer lo que sepamos y podamos hacer bien. Enfoquemos en lo que sea importante y utilicemos una escala de prioridades para tomar las decisiones necesarias.

El miedo a equivocarnos y al fracaso será nuestro peor enemigo durante este periodo del Sol en Virgo que dura hasta el 21 de septiembre de 2017. El miedo es energía del pasado; simboliza todo ese espacio de tiempo antes del eclipse. No debes dejar que esa energía pasada interfiera con tu presente. Irónicamente, ese miedo hará lo propio. Evitará que nos equivoquemos y que fracasemos, por lo que no debemos dejar que nos paralice. Lo importante es pensar en el ideal de cada una de las áreas de nuestra vida: amor, finanzas, trabajo, relaciones, hogar, entusiasmo, motivación, salud y demás. Hay que enfocar en las necesidades inmediatas. Ya nuestro espíritu estará cansando de lo que no funciona y de vivir desapegado de la plenitud del sentimiento. En definitiva, es un mes para mantenerse productivos.

En el amor, podemos darle espacio al trabajo en equipo, a la solidaridad y esa conexión de amistad que tanto nutre el amor de pareja. Saquemos tiempo para escuchar las necesidades del otro. De igual manera, que el otro escuche las nuestras y se emprenda la búsqueda de balance. Este principio también ayuda en todas las relaciones interpersonales; hay que asegurar que la reciprocidad se manifiesta en todo momento.

En términos de salud, tanto los problemas de tensión muscular como las coyunturas, tomarán vida este mes. Cuidemos de lesiones y busquemos terapia antes de que se vuelvan no manejables. Es un buen mes para hacer ajustes en nuestro patrón de alimentación. Evaluemos qué alimentos no nos aportan a una buena salud y qué otros sí.

En lo económico, ahorremos. Planifiquemos el presupuesto para el resto del año. Saquemos dinero para invertir en lo que nos adelanta en las metas que tenemos presentes. Antes de comprar algo, pensemos en su utilidad. Si no tiene ninguna, mejor dejémoslo donde lo encontramos.

La entrada del Sol en Virgo es una oportunidad para notar la diferencia entre la producción de los sueños como conceptos a la concretización de esos sueños. Hay que notar esta diferencia. De ahí podemos pasar a organizarnos para emprender el plan maestro.

¡Mucha suerte en este periodo! ¡A vivir con los resultados!