Dentro del conocimiento ‘new age’ y la física cuántica nos llega la información acerca de que los pensamientos crean nuestra realidad. De modo que si tenemos pensamientos positivos, pues tendremos una vida positiva. Ahora bien, esto no se queda ahí. El que solo piensa positivamente no necesariamente vive de forma positiva. ¿Por qué? Porque para tener una vida buena se necesitan dos cosas. ¿Cuáles son? Pensar y actuar positivamente. Si combinamos estas dos vertientes veremos los resultados. Tendremos una buena vida.

Hay momentos en los que no tan solo hay que pensar positivo, sino que hay que actuar positivamente. Muchas veces el debate entre pensar y actuar positivamente radica en establecer qué nos brinda bienestar real a nosotros, primeramente. Esta es la clave entre liberarnos y estancarnos. Para los que creen en el karma, al hacer estas dos cosas a la vez, el karma negativo se transmuta y se acumula el bueno. Llevándonos al punto de la iluminación.

La complementación entre pensar y actuar positivamente se logra cuando somos consecuentes. Es decir, decimos y hacemos lo mismo. En ocasiones, esto se nos dificulta cuando tratamos asuntos propios. Por ejemplo, pensamos que merecemos una pareja ideal con todas las cualidades que envisionamos, pero estamos teniendo encuentros con una expareja que no cumple con esos requisitos. Aquí ocurre un bloqueo energético y emocional donde, no importa cuán firmemente pensemos positivamente la acción de traer este pensamiento a la realidad, no va a ocurrir. Esto por el simple hecho de que estamos llevando a cabo una acción que va en contra de la acción positiva que queremos recibir.

¿Cómo se logra actuar y pensar positivamente? A continuación les ofrezco una guía de cómo lograr esta integración rápidamente. Para comenzar, debemos ser estructurados. A medida que vayamos practicando, el pensar y actuar positivamente se volverá algo natural. Conllevará el menor esfuerzo. Pero, empecemos con esto:

1. Hacer una lista de los pensamientos positivos que deseas impregnar a tu vida.

2. Darle a cada pensamiento una acción positiva que lo represente.

3. Llevar un diario de los pensamientos y las acciones positivas realizadas congruentemente.

4. Hacer ajustes si son necesarios entre las acciones y los pensamientos.

5. Compartir este proyecto con al menos una persona.

6. Notar las emociones y las sensaciones en el cuerpo luego de pensar y actuar positivamente.

7. Acentuar estas emociones y sensaciones aún en los momentos donde no se esté realizando un pensamiento y/o una acción positiva.

8. Llevar a cabo esta estructura por, al menos, 21 días consecutivos.


*Veroshk es psicoastróloga, combina la astrología, el tarot, la numerología, la metafísica, el balance de los chakras, la limpieza energética y los trabajos de creencias para ayudar a los individuos a tomar el control de su vida y alcanzar sus metas. Tiene un doctorado en Psicología Clínica. Dicta charlas y talleres. Para información, visítala en http://veroshk.com/.