La vida se resume en esto: la actitud. Sin importar las circunstancias, todos podemos escoger la actitud con la que afrontamos o abordamos la vida. Sin embargo, la actitud tiene que ver con la percepción. Si se percibe que todo es negativo o que sabotea el placer o el bienestar, entonces, se asume una actitud pesimista o de frustración. Lo opuesto también es cierto.

Hay un elemento de control externo o interno que influye tanto en la percepción como en la actitud. Para exponerlo de forma sencilla, si se cree que la responsabilidad sobre lo que pasa la tiene un ente o entes externos al yo, si el resultado es favorable, se piensa que fue el azar y que muy probablemente jamás se vuelva a repetir. En cambio, si el resultado es negativo se adjudica su manifestación a algo que se ha hecho mal o con lo que se ha incumplido; se asume una culpa que lleva al castigo. El castigo desconecta de las posibilidades de lo bueno porque lleva al estancamiento y la inercia. De cualquier manera, se le quita la autonomía y la seguridad al yo para lograr lo que desea, lo que merece y lo que conecta al bienestar.

Por el contrario, si se ve que todo pasa por el elemento de control interno. En otras palabras, si se piensa que, sin importar lo que surja, sea bueno o malo solo responde a algo que se ha generado por acciones o falta de ellas por parte del yo, automáticamente, se tiene toda la libertad para influenciar en poder promover más de eso o inhibirlo. Se tiene el poder para cambiar. Es a través de este empoderamiento que todos podemos ser mejores versiones de nosotros mismos.

Pensar de esta forma, permite que puedas percibir todo de una forma más favorable. El cómo miras las cosas te lleva a una mejor actitud.  Tener la mejor actitud vale la pena. Básicamente, si se quiere un resultado favorable, entonces, tiene sentido acercarse a una actitud que favorezca ese resultado.

El hacer lo posible por mantener una actitud positiva es una necesidad tanto individual como de forma colectiva. La idea de un mejor país y un mejor mundo comienza con tu actitud.

Aquí te digo sobre: ¿Cómo puedes mantener una actitud positiva?

1. Logra levantarte con esa apertura de corazón en torno a lo que el nuevo día te trae.

2. Confía en la bondad de la vida… no hay de otra si se quiere salir del negativismo y del estancamiento.

3. Apuéstale al bienestar. Se puede estar bien.

4. Cambia cada pensamiento de derrota y fracaso por uno de logro o de conquista.

5. Repasa los logros del pasado.

6. Concéntrate en sonreír lo más que puedas, aunque tengas que forzarte un poco (así le das el constante mensaje a tu cerebro de querer ese estado de felicidad).

7. Escoge cada ambiente a tu alrededor para que te motiven y fomenten esa posibilidad de lo positivo.

8. Favorece lo que te favorece.

9. Cumple con lo que dices que quieres lograr. Se fiel a esas metas, ante todo.

10. Todo cambia. Tú lo puedes cambiar a tu favor.