“Como una película. Nunca había escuchado eso.”  Así me dijo en el teléfono mientras me preguntaba detalles del próximo taller.

“Sí, así mismo, pero hay que practicarlo”, le contesté.

Hablábamos sobre el ejercicio de mirar los pensamientos como si estuviéramos disfrutando un drama en el cine. Después de largos años de intento, pude aprender seriamente el ejercicio de observar en tercera persona los pensamientos que surgen en la mente. Y todavía, el detenerse para lograrlo, es reto constante.

La mente, qué poderosa, y mucho qué puede lograr. Igualmente; ¡No para! ¿Quién quiere que le pasen los peores escenarios por la cabeza cuando dejamos a un hijo por primera vez salir solo? O cuando la economía se agrava y nos anuncian crisis. Cuando salimos de viaje o nos revelan una enfermedad. También, y más sencillo, cuando en la yoga intentemos la postura sobre la cabeza.

La mente nos ofrece, sin solicitarlo,  todas las posibilidades en menos de un segundo. ¿Quién calla a la mente? La verdad es que nadie. El trabajo de la mente es pensar, lo que podemos cambiar es lo que se piensa, y he ahí nuestra responsabilidad para mantenernos en armonía y tomando las decisiones que nos comanda nuestro corazón.  Las imágenes mentales avanzan sin detenerse, como cuando tenemos el control remoto del televisor con el botón apretado, visitando de un canal a otro sin detenernos a ver nada.

Para mermar los pensamientos, hagamos el ejercicio de sentarnos a respirar (porque a veces se nos olvida) y miremos, con valentía, todo lo que pasa por ahí. Nos vamos a reír, nos vamos a asustar, nos vamos a conocer.

Luego, podremos decirle, que lo que pase por ahí lo vamos a controlar nosotros. Que si  va a pensar rápidamente en muchas cosas, mejor que sean reales y no un drama oscuro y negativo. Porque la mente está y estará, mirémos la como una película y escribamos nosotros el guión. Que sean posibilidades que nutran, que nos ayuden a crecer, visiones de luz, un drama afortunado, pensamientos de paz, de salud y sanación. Vamos a darnos la oportunidad de que lo que pensemos sobre nuestro futuro sea siempre un escenario de escenas de amor, paz, alegrías y asuntos resueltos.

¡Inténtalo!

Sugerencias:

1. Haz el ejercicio de la concentración: enciende una vela del alto de tu vista y mira la llama sin cerrar los ojos por cinco minutos.

2. Respira profundo y constante por el abdomen.

3. Observa las distracciones de tu enfoque.

4. Trabaja escuchando los pensamientos y observando las imágenes lo más posible durante el día.

5. Todo lo negativo que escuches o veas en la mente, dale amor y libertad para que salgan de tu cabeza. Cambia el cuento a uno positivo.

6. Afirma como mantra (repetición) algo que te haga sentir en paz.

7. Saca tiempo para estar en silencio total.

8. Para ser feliz da Lo Mejor de Ti.