Cuando salgo a la calle me preguntan bastantes consejos, ideas, dudas personales… y cómo me encanta poder servir de algún modo a cada uno. El pasado viernes la interrogante fue: "¿No te levantas a veces sin ganas?". A lo que respondí: "¡Pues claro!".

No estamos solos, a todos nos pasa. Lo importante es que seguido de percibir el desasosiego o cansancio podamos alimentarnos de lo que estamos necesitando. Antes de someternos a tal estado saquemos fuerza de voluntad para recordarnos las razones por qué agradecer, en ese caso la primera: por estar vivos. Porque mientras hay vida, hay oportunidades infinitas, las que podemos imaginar y las que ni si quiera vemos venir y están ya alineadas para acercarse.

Trabajemos también en integrar  palabras que nos hagan sentir bien con nosotros mismos en nuestra conversación matutina. Los elogios nos ayudan a recordarnos el bien que somos, alejando la intención de inyectar al ego. Busquemos expresiones que se parezcan a lo que vemos en los demás. Que sean palabras que no nos separen, sino que aludan a nuestra capacidad, potencial y características que aportan saludablemente a nuestra vida y entorno. 

Cuando al despertar hacemos hábito de agradecer y de enfatizar que más allá de nuestra personalidad -que a veces permitimos que nos traicione con reacciones que no nos pertenecen- somos gente buena, que tenemos la oportunidad y más bien responsabilidad de ser nuestra mejor versión en nuestras acciones y pensamientos estamos dando el gran paso de salirnos del estado anímico con el que despertamos. 

A veces esto va ligado a la alimentación que llevamos, a las horas que dormimos o que no pudimos dormir y a las actividades que hicimos previo a dormir. Todo lo que decidimos, ver, leer, escuchar o comer antes de ir a dormir tiene efecto en cómo nos despertaremos. 

Seamos jubilosos y usemos los elogios en nuestro diario, con nosotros y con otros, y viviremos una positiva diferencia.

¡Inténtalo!

Sugerencias:

  1. Observa qué haces antes de dormir y haz los cambios necesarios.
  2. Mírate al espejo a tus ojos y di en voz alta cuánto te amas.
  3. Recuérdate en voz alta tus atributos, de personalidad y de alma.
  4. Elogia a los otros cada vez que puedas. (No al ego sino como alimento para apoyar su caminar).
  5. Trasmuta cualquier situación a través del perdón para que no caigas en desesperanza.
  6. Sé feliz y da #lomejordeti.