Mientras nos mareamos pensando que la crisis económica es lo más importante para atender, mientras nos creemos que la crisis será arreglada, nos hemos desviado de mirar cuál es la gran dificultad. ¿Cuál es la crisis? Parece ser que el tema del vicio a la deshonestidad será relevante mientras sigamos existiendo y comienza con la mentira.

Son los aspectos débiles de nuestra humanidad los que mantienen la crisis viva, porque de hecho, estas se repiten. Es nuestra bondad, respeto al prójimo, empatía y desarrollo de un corazón compasivo los que podrían sacarnos de donde estamos. Con la esperanza de que deseemos obrar en opuesto a las tentaciones, reconociendo sus consecuencias, profundicemos en el tema y sepamos en dónde estamos parados.

Es en el latín donde podemos establecer el origen etimológico del término corrupción. Surge del vocablo “corruptio”, que se compone de los siguientes elementos: el prefijo “con-", que es sinónimo de “junto”; el verbo “rumpere”, que puede traducirse como “hacer pedazos”; y finalmente el sufijo “-tio”, que es equivalente a “acción y efecto”.

Corrupción es la acción y efecto de corromper (depravar, echar a perder, sobornar a alguien, pervertir, dañar). El concepto, de acuerdo al diccionario de la Real Academia Española (RAE), puede tratarse de una depravación moral o simbólica.

Examinarnos detenidamente, como primera sugerencia, sirve para reconocer si en efecto estamos actuando corruptamente. El soborno, el robo, el abuso hacia los débiles, mentir cuando se ofrece un servicio, el secretismo basado en el poder; son algunos que vemos ocurrir frecuentemente.

De igual modo, lo opuesto también está en acción constante entre los que, en efecto, conocen las consecuencias de tales acciones. ¿Nos gustaría ver a alguien cercano sufrir las acciones corruptas de otro? Obviamente no. Entonces, llegamos a la importancia que se le exige a nuestras acciones, no hagamos a nadie lo que no nos gustaría que nos hicieran. ¿Cuántas veces lo practicamos?

Seamos honestos en nuestra palabra, obviemos justificaciones que no nos ayudan. La integridad es de las virtudes máximas a la que debemos aspirar porque las consecuencias obran ante nosotros mismos, cualquiera que sea la acción. Así que tengamos mucha atención que mientras señalamos a otros quizás nos toca revisar cómo estamos obrando en nuestros negocios y menesteres. Modelemos nuestras virtudes para que el alma gobierne sobre el ego. ¡Comparte este escrito a ver si con tu ayuda llega a quien lo necesite leer! ¡Inténtalo!

Sugerencias:

1. Siéntate 10 minutos a reflexionar la definición de corrupción con un enfoque hacia tus propias acciones.

2. Antes de criticar a personas que prefieren actuar corruptamente piensa cómo puedes servir como ejemplo para otros.

3. Actúa siempre desde tu honestidad.

4. Da a otros lo que te gustaría que te dieran.

5. Sé firme en tus valores, actúa desde ellos.

6. Saca tiempo para continuar aprendiendo.

7. Para ser feliz da Lo Mejor de Ti.