El martes pasado, a pesar de las enormes filas, en las tiendas y gasolineras nos paseábamos a prisa, pero con gran civismo. Se anunciaba Irma, el “fenómeno atmosférico más poderoso en 100 años”, Poco a poco nos íbamos preparando y a pesar de que el miedo rondaba, manejábamos, en su mayoría, mantenernos en calma. Pasó Irma, bendecidos y suertudos, bastante más lejos de lo que esperábamos. 

Lamentablemente, fueron otros los hermanos y lugares que se afectaron, mientras acá, nos hemos desbordado en esfuerzos que continúan, aportando con ropa, comida, tiempo, ayuda, transportación, traductores y todo lo que se necesita. También, daba gusto mirar las redes sociales en general, muchos comentarios de gratitud, invitaciones para continuar ayudando y nuevas noticias que nos mantenían a todos informados.

Precisamente, en redes sociales recibí un mensaje en celebración al comportamiento como experiencia en la carretera, ya que aún los semáforos no regulan el tránsito. Ya para el sábado, las historias cambiaron un poco. Pasando cerca de donde vivo, tres carros policíacos, seis policías y los guardias de la seguridad de la urbanización atendían uno de los hogares. ¿Qué pasó?, preguntábamos preocupados. ¿Hace falta agua? ¿Les hace falta comestibles? ¿Necesitan medicinas? Esos no eran los problemas. Pasó que dentro del hogar la familia discutió hasta llegar a la violencia. La preocupación de los demás les llevó a alertar a las autoridades. Ese día, en la fila del supermercado dos personas también se peleaban por quién pasaría primero. Me imaginé, ¿qué pasaría si en las escuelas y en los trabajos se comienza el día con una meditación de gratitud? ¿Hacer ejercicios de respiración? Tengo la convicción de que seríamos más tolerantes a las incomodidades.

Irma, maestra de la paciencia, de la tolerancia, del silencio que enseña, de hacernos valorar y crecer en gratitud. Sí, yo estoy agradecida por el agua que me queda, por el calor de las noches mientras no hay luz, de que hemos servido de refugio para nuestros hermanos y que aún queda esperanza para seguir mañana el camino de trabajar para ser mejor persona. 

¿Nos hemos sentado para ver qué es lo que realmente nos hace falta? ¿Será que en la medida en que más tenemos más débiles nos hacemos en el carácter? No sé, habrá que pensarlo y meditarlo en el interior de cada cual. La invitación es a que estos momentos que se salen completamente de nuestro control nos sirvan para parecernos más a lo que queremos ser. Que nos duela ser más pacientes, dejar pasar a otros en la calle, ponernos a la disposición aunque sin tiempo, que nos duela, solo así podemos crecer. Lo positivo de Irma… si la miramos como maestra de tolerancia y amor. ¡Adelante!

Pasos que nos pueden ayudar:

1. Si no practicamos la meditación, respiremos profundo, siempre y constante.

2. Cuando sintamos que nos duele un nuevo hábito que nos hace ser mejores, estamos creciendo.

3. No nos dejemos llevar por las emociones apasionadas, busquemos balance.

4. Veamos a los otros como si fuéramos nosotros mismos.

5. Tengamos claro que no tenemos el control de nada, solo de lo que decimos y hacemos.

6. Para ser feliz, da Lo Mejor de Ti.