Andy Arreaga sabía que irían a recibirlo al aeropuerto internacional Luis Muñoz Marín, adonde llegaría proveniente de Las Vegas, Nevada, ciudad en la que el sábado pasado fue proclamado ganador del Beachbody Challenge 2013. Él era consciente de que su gran logro de haber rebajado 226 libras –luego que hubiera alcanzado su peso máximo de 450 libras– motivaría a muchos a querer ver cómo lucía ahora. Lo que jamás imaginó es que, sin conocerlo personalmente, tanta gente le cogiera cariño, lo recibiera como un héroe y hasta quisiera retratarse con él. Pero, así fue.

A su arribo antes de anoche, familiares, amigos y admiradores lo estaban esperando como toda una celebridad. Sin embargo, y como siempre, la natural sencillez de Andy prevaleció una vez más, haciendo que ante tanta efusividad el joven proclamara: “Sigo siendo la misma persona, lo único es que ahora siento un orgullo más grande en mi corazón”.

Ese gran orgullo obedece a que antes que él, ningún latino ni ningún puertorriqueño había ganado la competencia de pérdida de peso de Beachbody, lo que le mereció un premio en metálico de $100,000.

Cabe señalar que Andy completó esta pérdida de peso de manera sensata, con ejercicio –entre otros, utilizaba los vídeos de Insanity, P90X y Les Mills Combat– y una dieta sana.

Todo ello ha hecho que el joven esté más determinado que nunca a compartir su aprendizaje para poder ayudar a otros que, como él, estén padeciendo de un sinfín de dolencias debido a su obesidad mórbida.

Por eso, en cuanto se encontró de vuelta en su suelo nativo, Andy exclamó: “Me entusiasma la idea de estar de nuevo aquí. Es un sentimiento indescriptible porque sé que con esto (su logro) puedo animar a otros. Esto puede cambiar vidas como me cambió la mía”.

En todo este proceso, la única nube que empañó la alegría de Arreaga fue que sus padres no pudieran acompañarlo a la premiación. “Estaba desesperado por verlos –dijo, abrazando primero a su madre y luego a su papá–. Me hubiera gustado pasarlo (el evento) con mis papás; eso sí me hizo falta. Yo sé que la preocupación de ellos por mi obesidad siempre fue mi salud, mi bienestar. Nunca fue por mi imagen física”, comentó visiblemente emocionado.

“Yo sentía que no podía complacerlos –continuó recordando Andy–. Mi papá ya no se atrevía a decirme nada (sobre su obesidad), pero mi mamá nunca dejó de pedírmelo (que rebajara)”.

Andy quiere promover la idea de que lo mismo si se trata de 10 libras que de 150, “rebajar no es imposible, aunque algunos lo ven como una imposibilidad porque sienten inseguridad, sienten que no tienen los recursos necesarios o que no los hay. ¡Pero sí los hay!” .

Por eso es que junto a sus hermanos, Omayra y Sammy, Andy está planificando un circuito de charlas de motivación. “Empezaremos por San Juan, Aguadilla y Guayama porque en los tres sitios tengo dónde quedarme, pero mi ambición es hacerlas a nivel isla. Hablaré de cómo lo he hecho (perder peso) y voy a contestar preguntas y aclarar dudas”, acotó.

Los interesados en comunicarse con Andy Arreaga pueden hacerlo por medio de su página en Facebook: www.facebook.com/andyrealty.