Las Navidades ya llegaron. Al menos así nos sentimos en esta bendita isla donde nos las echamos de tener las fiestas navideñas más largas del mundo. Y en esta época abundan las reuniones familiares, vemos a esos primos, tíos y otros parientes que en el resto del año no podemos ver. Por lo tanto, es una buena ocasión para hacer un paréntesis entre anécdotas jocosas y compartir algo más: el historial de salud familiar.

Según recordó el Centro para el Control de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés), las familias comparten genes además de tener comportamientos, manías, culturas y ambientes muy similares que pueden afectar o incidir en el desarrollo de enfermedades. No dude entonces en saber si hay ciertas tendencias familiares en términos de salud puede ser útil y muy necesario a la hora de algún diagnóstico.

La agencia recomendó lo siguiente en las distintas etapas:

Antes y durante los embarazos: Si tienes un historial familiar de defectos de nacimiento o desórdenes genéticos, como por ejemplo Anemia de las Células Falciforme, hay un mayor riesgo de que tu bebé también tenga la condición. Saber esto es importante porque te da la oportunidad de trabajar con tiempo los posibles tratamientos y soluciones y, por ende, podrías tener mejores resultados.

Niños: Muchos desórdenes genéticos se detectan en la niñez y mientras más sepas en este periodo de las condiciones que afectan a tu familia, más rápido los doctores pueden tratar ciertas condiciones y eso podría ayudar a una mejor recuperación.

Adultos jóvenes: Si en tu familia hay un historial de condiciones crónicas como diabetes o enfermedades del corazón, quiere decir que en esta etapa debes empezar a monitorear esos factores. Por ejemplo, si en tu familia hay historial de enfermedades del corazón, lo mejor es hacerse laboratorios para ver el nivel de colesterol desde tan temprano como los 20 años.

Adultos: Si tu mamá, tía, abuela o prima tuvieron cáncer de seno antes de los 50 años, es importante saberlo y dejárselo saber a tu doctor, quien podría determinar si es necesario hacerte exámenes para atacar la condición antes de que se apodere de esa área de tu cuerpo.

Adultos mayores: Son las personas quienes conocen más datos o información y recordarán mejor acerca de sus seres queridos, así que en este momento su misión debe ser dejar saber al resto de sus familiares qué condiciones prevalecen, para que todos los demás se puedan beneficiar.

¿Cómo empezar?

Una opción que recomienda el CDC es la página web My Family Health Portrait creada por la Oficina del Cirujano General de los Estados Unidos, mediante la cual puedes recopilar y organizar información acerca de la salud familiar. Los resultados son bien fáciles de compartir con tus doctores.

El primer paso es obvio: hablar con tu familia. Empieza por descubrir las condiciones de tus padres hermanos, hermanas e hijos. Luego es importante conocer las condiciones de tus abuelos, tíos, sobrinos y medios hermanos. 

¿Qué preguntar?

-¿Tuvo ese familiar alguna enfermedad crónica como padecimiento del corazón, diabetes, alta presión o colesterol alto? ¿Ha tenido alguna condición seria como cáncer o algún derrame cerebral? ¿Qué edad tenía cuando fue diagnosticado? Recopila también detalles de familiares que hayan fallecido como la causa y la edad.

Mantén récord

Escribe toda la información con detalles y asegúrate de actualizarlo cada cierto tiempo. 

Comparte la información 

Aunque el factor genético y el historial familiar te puede dar unas pistas acerca de la posibilidad de desarrollar enfermedades como diabetes, cáncer y enfermedades del corazón, eso no es lo único a tomar en consideración. Habla de todo esto y de tus hallazgos con tu médico primario, quien te puede ayudar a evaluar distintos factores y te puede ayudar a eliminar factores de riesgo.  

El CDC hizo hincapié en que tener familiares con alguna condición no significa que automáticamente tú también la tendrás, pero es importante consultar con los especialistas para reducir las probabilidades.