Hace unas semanas medios internacionales reseñaron el caso de un joven deportista en Estados Unidos que falleció luego de ingerir cuatro litros de agua durante una práctica de fútbol en su escuela.

Así como lo lee. El adolescente Zyrees Oliver, de 17 años, aparentemente tuvo muerte cerebral tras beber agua en exceso, un término descrito por los médicos como sobrehidratación.

Y sí, aunque pudiera parecer raro lo cierto es que tomar agua en exceso pudiera provocar graves consecuencias a la salud. Y es que, según se explica en la página de salud www.healthline.com, la intoxicación por agua -aunque es algo poco frecuente- puede provocar convulsiones, coma y hasta la muerte, como fue el caso de Oliver.

La complicación por la sobrehidratación, según el portal, ocurre porque se altera el equilibrio entre el agua y el sodio del organismo.  

Se explica que la sobrehidratación también puede surgir a consecuencia de la retención de agua que provocan algunas enfermedades como la cirrosis, los problemas renales, la insuficiencia cardíaca congestiva y el Síndróme de la Hormona Antidiurética, entre otras condiciones.

Algunos de los síntomas de la sobrehidratación en su primera etapa incluyen: náuseas, dolor de cabeza y desorientación. En el caso de bajos niveles de sodio en la sangre (hiponatremia) los síntomas pueden agravarse e incluir debilidad muscular, espasmos, calambres, convulsiones o pérdida del conocimiento. 

Según datos ofrecidos por la Clínica Mayo, a través de su página electrónica, el agua constituye alrededor del 60 por ciento del peso corporal y por eso es bien importante ingerirla pues, el agua limpia las toxinas de los órganos vitales y lleva los nutrientes a las células. 

Por esta razón, el Instituto de Medicina recomienda una ingesta diaria de 3 litros para los hombres y 2.2 litros en mujeres. Pero ojo, tómela con precaución y considerando sus condiciones médicas.