Científicos puertorriqueños estudiarán durante los próximos cinco años los efectos en el cerebro del consumo de alcohol, problema social en aumento en la isla caribeña y con especial virulencia entre su juventud.

El promotor de la investigación es Roberto Meléndez Aponte, quien en entrevista hoy con Efe explicó que la idea es conocer si el alcohol afecta el glutamato, un neurotransmisor del cerebro que se desarrolla durante el proceso de adolescencia y juventud de una persona.

"Una de las razones de la investigación es que en Puerto Rico tenemos un problema con el consumo de alcohol y mirando los mecanismos básicos es bastante obvio que la bebida afecta el cerebro de los jóvenes cuando empiezan a tomar -beber-", señaló Meléndez, de 41 años y catedrático en la Escuela de Medicina de la Universidad de Puerto Rico en San Juan.

Dijo que durante el tiempo del proyecto él y otros siete científicos investigarán cómo el alcohol afecta a los neurotransmisores (biomolécula que transmite información de una neurona, un tipo de célula del sistema nervioso a otra neurona de forma seguida).

Meléndez señaló que mientras el grupo de científicos se proponía iniciar la investigación el Instituto Nacional sobre Consumo de Alcohol y Alcoholismo (NIAAA) convocó a unos cien laboratorios para trabajar en el proyecto.

Puerto Rico ganó la propuesta y recibió $1.8 millones para trabajar en la investigación durante los próximos cinco años.

"Ya sabemos que el glutamato queda bien afectado por beber alcohol en exceso, pero ahora lo que queremos saber es cuán afectado queda el cerebro y cómo podemos prevenir su efecto", indicó Meléndez, tras recordar que el cerebro se desarrolla hasta los 25 años.

Dijo que mientras el glutamato se desarrolla también lo hace la plasticidad sináptica, que es el proceso en el que las neuronas del cerebro pueden cambiar sus funciones.

"Uno nace con bastante glutamato, después llega al extremo y en la etapa de adulto empieza reducir", destacó quien es también doctor en psicobiología de la adicción por la Universidad de Purdue, en Indiana (EE.UU.).

Señaló que algunas investigaciones indican que el promedio de edad en la que los puertorriqueños comienzan a beber alcohol es entre 14 y 15 años, por debajo de lo que lo hacen los estadounidenses, entre 16 y 18.

"En todas las estadísticas siempre estamos más adelantados a ellos", subrayó el investigador, para agregar que parte de esa problemática responde a que en Puerto Rico la edad mínima para ingerir bebidas alcohólicas es de 18 años, mientras que en los EE.UU. es 21.

Otra de las causas del por qué los puertorriqueños comienzan a beber alcohol a tan temprana edad es por la conducta social de la isla, donde el consumo de bebidas alcohólicas es tolerado.

"El abuso del alcohol cada vez se está poniendo peor. El acceso a la bebida es mucho más fácil y eso es bien preocupante", dijo Meléndez, quien recomendó al Gobierno que eleve a 21 años la edad legal para beber alcohol.

Meléndez explicó que la investigación se llevará a cabo directamente con ratones, animales cuyo comportamiento cerebral es un 99 % similar al de los humanos.

Otra de las metas del grupo de científicos es publicar al menos dos artículos en revistas internacionales de ciencia durante el segundo y tercer año de estudio para compartir el progreso de la investigación.