Probablemente no lo sabías, pero nuestro cuerpo consume aún más azúcar de la que en forma consciente ingerimos, llevándonos a un círculo vicioso y adictivo del que no es fácil escapar. De acuerdo a un artículo publicado recientemente por The New York Times, el mayor problema radica en los azúcares añadidos. Un elemento omnipresente en la dieta moderna, pero que permanece escondido en algunos alimentos industrializados como el pan empaquetado, el caldo preparado, los aliños, algunos yogures y cereales.

Los expertos señalan que los azúcares añadidos son los que se consumen con mayor frecuencia y que nos hacen aún más dependientes: son ricos, tienen muchas calorías, pero no nos hacen sentir satisfechos. Según la profesora de la Universidad de Nueva York, Marion Nestle, "la mayoría de la gente no come en exceso los azúcares presentes en forma natural (...) la fibra, las vitaminas y los minerales que la rodean te harán sentir satisfecho", constata el diario estadounidense. 

Cinco recomendaciones para ganar la batalla 

1. No empieces el día con un desayuno dulce 

La primera comida del día es una de las más peligrosas en términos de azúcar, ya que muchos alimentos que parecen saludables, contienen altos niveles de esta. Por ejemplo los cereales, algunos yogures y los panes de molde. En cambio, los nutricionistas recomiendan desayunos que incluyan fruta, huevo, yogur natural, una pequeña rebanada de pan, nueces y verduras, como espinaca, zanahorias y camotes. 

2. Elimina todo tipo de bebidas

Tanto en botellas como en latas, las bebidas son unas de las mayores fuentes de azúcar añadida en la dieta. "Elimina la bebida de tu dieta regular, y si tienes que beberla opta por la versión light, aunque esta también deberías eliminarla". Para sustituirla, se recomienda consumir agua natural gasificada. El medio estadounidense revela que una botella de medio litro de una conocida bebida cola contiene 52 gramos de azúcar, lo que es más de lo que la mayoría de los adultos debería consumir en un día. 

3. Revisa bien el etiquetado de tus alimentos

Fíjate detenidamente en la cantidad de "azúcares añadidos", así como también en la lista de "azúcares estándar del producto". Una gran cantidad de marcas industrializadas incluyen endulzantes extra en alimentos como la sopa, el salame, el salmón ahumado, las masas de tacos, los caldos de pollo y las galletas, incluso saladas. También hay que tener cuidado en las "colaciones", que muchas veces se pueden convertir en un verdadero postre. Muchas barras de granola, fruta deshidratada y en lata contienen grandes cantidades de azúcar añadida. 

4. Ojo con las salsas

Los aliños, y las salsas como el kétchup y otros aderezos, son una gran amenaza para la dieta. El ingrediente más usado en estos alimentos es el jarabe de maíz de fructosa. La recomendación para mantener bajo control el contenido de las salsas, es preparándolas en casa con ingredientes más saludables como aceite oliva, limón, vinagre de manzana, etc. 

5. Los riesgos del postre

"No arruines todo al final de la comida", dicen los especialistas. Puedes reducir la ingesta de azúcar y aun así deleitarte con un postre dulce. Achicar el tamaño de las porciones, incluir fruta, o reemplazar el postre por una taza de té o café, son algunos de los consejos para terminar con los excesos y romper con el círculo vicioso del azúcar.