Reducir a la mitad la cantidad de sal que los seres humanos consumimos por día –en el 85 por ciento de los casos, a través de los alimentos procesados que ingerimos– tendría casi los mismos beneficios para la presión que los 30 minutos diarios de caminata recomendados para cuidar el corazón.

“La hipertensión es una enfermedad silenciosa, asintomática y letal que solo se puede detectar con el control de la presión”, indicaron expertos de Saha, que promueve los tratamientos centrados en el cambio de hábitos.

Reducir la comida “industrializada” en la mesa diaria permite, también, bajar el consumo de sal. “Hay excelentes tratamientos farmacológicos, pero sin cambios en el estilo de vida no ofrecen los beneficios que son capaces de dar”, dijo Arnoldo Kalbermatter, de la Saha.

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