“No somos quiénes para juzgar”. Con esas palabras, el psicólogo Carlos Sosa dio inicio a nuestra entrevista sobre cómo debemos reaccionar cuando alguien cercano a nosotros –familiar, cónyuge, compañero de trabajo, etc. – es acusado de haber cometido una falta grave. Eso dicho, son tantos los errores en que un ser humano puede caer –desde guiar en estado de embriaguez, agredir a otra persona o aceptar un soborno–, que las posibilidades de que no encuentre respaldo de sus amigos y parientes van a aumentar acorde con la seriedad de su infracción, principalmente porque los demás sentirán temor de verse involucrados en el problema.

Por ello, precisamente, el catedrático en psicología reconoció que siempre cabe la posibilidad de que, en efecto, el acusado haya cometido un error grave o no tan grave, “pero cuando hay amor, cariño y solidaridad, cuando hay amistad”, no es cuestión de que vayamos a condonar lo que el otro hizo, sino de “ser solidarios con esa persona porque mucha gente le va a dar la espalda. Son muchas las circunstancias, como dificultades económicas”, que le pueden haber llevado a cometer esos delitos, “pero yo creo que es importante demostrar solidaridad, independientemente de que lo que (el otro) haya hecho haya estado bien o no”.

Cómo ayudar

El psicólogo sugirió varias maneras de demostrar apoyo a una persona que se ve involucrada en un escándalo, sobre todo cuando se trata de algo grave. “Estoy aquí, soy tu amigo” o “¿Te puedo ayudar? Puedes contar conmigo”, son algunas de las frases que mencionó, a modo de ejemplo para “ayudar a esa persona a nutrirse, a seguir adelante, a enfrentar la justicia. Todos somos seres humanos, nadie es perfecto, todos podemos fallar, dependiendo de las circunstancias. No estamos exentos de que podamos cometer un delito. Por ejemplo, un asesinato, cuando ha habido una ofensa muy grande y la persona comete el error de quitarle la vida a otra”.

El valor del arrepentimiento

Cuando se trata de gente digna que, de otro modo, lleva una vida intachable, hay muchas probabilidades de que “la persona estará muy arrepentida”, propuso el especialista. “Estará sufriendo mucho porque es gente que, instintivamente, no es mala persona; se siente mal, culpable… Los sentimientos castigan mucho”, añadió.

En esos casos, la persona mostrará un arrepentimiento que se verá y se sentirá como genuino y será algo evidente.

De otra parte, cuando se trate de “delitos deplorables como una masacre, habrá que examinar nuestra escala de valores y si uno es consciente de que fue un acto vicioso, sin piedad, eso puede ser razón para que, dependiendo de nuestros valores”, le retiremos nuestro apoyo, aclaró.

Entre esos delitos funestos, el psicólogo mencionó, también, “el abuso sexual de niños, de los propios hijos. Ahí, ya las cosas cambian. En la medida en que dentro de tus valores como persona rechaces ese tipo de comportamiento, puedes tomar la decisión de alejarte” de esa persona.

Compasión

Carlos Sosa destacó que siempre podemos sentir compasión hacia quien ha delinquido, máxime cuando su delito se hace público y se divulga en varios medios noticiosos. Esto cobra relevancia en los casos en que el que “comete el error se enmienda y crea conciencia”. Y cuando se trata, por ejemplo, de compañeros de trabajo, vecinos o familiares, es propio, pues, decirle: “Lo que hiciste no estuvo bien, yo no lo voy a aceptar, pero estoy aquí para ayudarte… si decides enmendarte”.

¿Y el “qué dirán”?

Ahondando en el tema, le preguntamos al doctor Sosa cómo podrían reaccionar los familiares de alguien acusado de un delito, principalmente a la hora de enfrentar a vecinos, jefes, compañeros de trabajo, etc. “Nadie se debe esconder; deben salir con la cabeza en alto. Usted no tuvo culpa de lo que pasó”.

En cuanto a explicaciones o detalles sobre las diversas circunstancias, el psicólogo aconsejó: “Solo a personas importantes en tu vida les das explicaciones. A otras, simplemente, sigue (hacia adelante) lo más digno que puedas. Eso sí, tengan a mano una explicación sencilla sobre lo que pasó, pero en la medida que sea, sigan adelante. Todos tenemos derecho a una vida digna. Si la persona allegada cometió un error, eso no significa que vamos a pasar el resto de nuestras vidas con la cabeza enterrada como el avestruz”.

Respecto a los niños

Cuando hay menores que se ven afectados por el escándalo familiar, debemos tener consideraciones particulares para con ellos, pues en la escuela y en la calle podrían ser víctimas de las indiscreciones de adultos y otros niños, por igual. Sobre esto, Sosa recomendó: “Debemos darles explicaciones sencillas a los niños. Por ejemplo, decirles: ‘Papá o mamá falló’. Pero eso no necesariamente quiere decir que vamos a cortarles las relaciones (a esos adultos) con los niños. Los niños tienen que adaptarse (a la situación), independientemente de quién haya cometido el error porque esa persona no necesariamente es ‘mala’”.

Como una medida adicional, el psicólogo sugirió que “los padres deben ir a escuela para advertir a los maestros sobre lo que ocurrió, para evitar el bullying. Esta es una labor preventiva para que la directora o la trabajadora social puedan tomar medidas para que al niño no se le haga daño y pueda seguir su curso normal”.

Sigue estos consejos

Nunca…

… abordemos el tema primero. Esa persona (el acusado) tiene una presión grande encima.
… no seamos indiscretos ni crueles.
… hablemos del asunto de manera acusatoria.
… discutamos los pormenores del asunto frente a menores o a personas muy sensibles.
… cancelemos actividades, sobre todo si son con niños.

Siempre…

… tratemos el tema en privado, pues la persona nos estará hablando sobre asuntos determinantes en su vida privada.
… evitemos el morbo; evitemos hacer preguntas obvias.
… hablemos en un tono de comprensión, de empatía.
… hagamos todo lo posible por proteger a los niños de la divulgación del asunto en los medios noticiosos.
… sigue adelante con tus planes (una boda, un viaje). La vida sigue adelante.