Sol, playa y piscina son sinónimos indiscutibles del verano. En esta temporada, muchos se refrescan del calorcito en el agua y, de paso, se exponen largas horas al sol buscando el bronceado perfecto.

Sin embargo, los expertos advierten que ese color doradito es una moda de riesgo porque la radiación solar –cada año más fuerte– afecta significativamente la piel.

La dermatóloga Hilda Justiniano García asegura que con el verano llega precisamente la preocupación por los perjudiciales rayos ultravioleta (UV), que actúan como un acelerador del envejecimiento de la piel.

Los riesgos principales de una exposición prolongada al sol son las quemaduras, manchas y arrugas profundas. Pero la especialista destaca que la consecuencia más grave del daño solar puede llegar a ser mortal: el cáncer de piel.

“En verano, los días son más largos, por ende, uno tiende a exponerse más al sol. Además, las actividades no suelen ser las rutinarias –hay muchas en exteriores–, así que aumentan los riesgos de tomar mucho sol”, explica la Dra. Justiniano.

“Los rayos ultravioleta del sol causan daño a la piel porque, además de cáncer, pueden provocar el envejecimiento prematuro de la piel, lo que trae como consecuencia las machas, arrugas, afinamiento de la piel, imperfecciones en la pigmentación y aumento en el número de capilares visibles”, revela.

Año tras año, al bajar el nivel de la capa de ozono, los niveles de radiación UV que llegan a la tierra aumentan. Y, desafortunadamente, la relación entre tomar demasiado sol y la posibilidad de desarrollar algún tipo de cáncer de piel también crece.

“Los rayos UV-A se relacionan con las manchas y el envejecimiento prematuro, y los UV-B se asocian más con el cáncer de piel. Aunque ambos causan cáncer”, alerta la dermatóloga, quien indica que todos tenemos que tomar conciencia de lo dañino que puede resultar el sol si no se toman las debidas precauciones.

En estas páginas, la doctora ofrece varias recomendaciones claves que ayudarán a disminuir los riesgos del daño solar. ¡Toma nota y cuida tu piel durante el verano!

Para cuidarte del sol...

Sigue estos consejos para que disfrutes estos días de calor sin mayores consecuencias.

Utiliza bloqueador solar: Opta por uno con un factor de protección solar de 30 para arriba y que contenga algún ingrediente físico como ingrediente activo, como el óxido de zinc o el dióxido de titanio. Debes aplicarlo de forma pareja en todo el cuerpo una media hora antes de empezar a tomar el sol y reaplicarlo a lo largo del día.

Cúbrete con estilo: Sombreros tipo pamela, gorras, gafas y caftanes no sólo te harán lucir hermosa en la playa, sino que además ayudan a prevenir que los rayos solares te den directamente en la cara y el cuerpo. Recuerda usar siempre el bloqueador porque el agua y la arena reflejan los rayos en más del 80 por ciento.

Limita los horarios de exposición: Evita a toda costa exponerte al sol entre las 11:00 de la mañana y las 3:00 de la tarde. En ese período, el sol es más fuerte y sus rayos ultravioleta son tan intensos que –si quieres permanecer al aire libre– la única forma de que te afecten menos es recurrir a una sombrilla o a la sombra de un árbol.

Ojo con los días nublados: Es necesario que utilices el fitro solar a diario, así veas el cielo con nubes, porque los rayos ultravioletas pasan a través de ellas. De hecho, los expertos aseguran que la radiación solar es capaz de traspasar el 40 por ciento de las nubes y que éstas crean un efecto lupa con el sol.

Humecta tu piel: El sol y el calor del verano hacen que la piel se deshidrate con mayor rapidez y que pierda su elasticidad natural. Por eso es indispensable que la humectes con alguna crema adecuada para tu tipo de piel antes y después de tomar sol. Solo así tendrás una piel radiante y saludable en estos meses.