Te la pruebas, la pagás y te la pones. Algunos repiten esta fórmula sin pensar en las consecuencias, pero para los expertos está claro que las prendas nuevas tiene que pasar por la lavadora. ¿Por qué? Es imposible estar seguros de cuántas personas se probaron la misma pieza y esto puede transmitir liendres, sarna y otras enfermedades infeccionas.

"Nunca tuve un paciente que haya llegado al consultorio por alguna alergia que tuvo después de ponerse ropa nueva. Hay una fantasía que tiene que ver con el 'anda a saber de dónde viene' y eso hace que se pueda contagiar, pero son fantasías paranoicas", dijo Struminger.

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El dermatólogo explicó que algo que sí puede pasar es que se contagie sarna con el contacto de un tejido y la piel pero "no sería lo común". Sin embargo, para Struminger, "el sentido común nos dice que hay que lavar la ropa nueva" antes de usarla, sobre todo si es ropa interior. "Nadie se contagia una sífilis de un calzoncillo pero nunca sabes quién la usó", explicó.

Lo cierto es que para que una bacteria o virus viva en una prenda, tiene que ser muy poderosa y es casi imposible que pase. Los hongos podrían subsistir, pero es necesario que la persona con la infección se frote la prenda antes de devolverla al perchero.

Otra razón para lavar la ropa antes de usarla es por los químicos que se utilizan al momento de fabricarla. Según Struminger, puede provocarte una alergia incluso cuando te estás probando la prenda.

Si bien se está impulsando la fabricación de textiles que repelen los microbios, como dice el dicho, es mejor prevenir que lamentar. Lavar la ropa nueva antes de usarla es un pequeño gesto que podemos hacer para tener la conciencia (y la piel) tranquila.