La Asociación Americana del Corazón (AHA) alertó que sobre un 90 por ciento de los niños están consumiendo demasiado sodio. Y, según el Centro para el Control y Prevención de Enfermedades, uno de cada seis niños tiene presión arterial elevada, que en parte se puede bajar con una alimentación con menos sodio. De ahí la importancia de que los padres vigilen qué comen sus hijos para que no padezcan condiciones de salud que se agraven por el consume de sodio.

Como parte de la celebración de la Semana de Sensibilización sobre la Sal, del 16 al 20 de marzo, diversas organizaciones relacionadas a la salud realizan campañas para concienciar sobre la importancia de reducir la sal de los alimentos, y más aún, saber qué alimentos tienen sal oculta.

No son pocos los que están alertando de que se está levantando una generación de niños adictos a la sal.

El CDC informa en su portal en Internet, que los niños de 6 a 18 años en los Estados Unidos consumen un promedio de cerca de 3,300 mg de sodio al día, antes de que se agregue sal en la mesa. Las Guías alimentarias para los estadounidenses del 2010, recomiendan que los niños consuman menos de 2,300 mg de sodio al día. Esto siempre y cuando el niño esté saludable, si es un niño con alguna condición como presión alta, ese consumo podría bajar a 1,500 mg de sodio al día.

A la interrogante de qué alimentos tienen sodio, la AHA informa que todas las comidas y refrigerios los contienen. Explica que los niños consumen alrededor de un 15 % de sodio en el desayuno, un 30 % en el almuerzo, un 39 % en la cena y un 16 % en los refrigerios.

Ambas organizaciones de la salud ejemplican que cerca del 43 % del sodio que consumen los niños de 6 a 18 años, proviene de alimentos como: pizza; pan y panecillos; fiambres (carnes frías) y carnes curadas; sándwiches como las hamburguesas con queso; refrigerios como las papas fritas en bolsa; queso; hamburguesas de pollo y trozos de pollo empanizados; platos con pasta, como espagueti con salsa; platos con comida mexicana, como los burritos y tacos; y sopas.

A esto se le suman los alimentos procesados y de restaurantes. La mayor parte del sodio ya se encuentra en los alimentos antes de que se compren.

De igual forma, las organizaciones dedicadas a alertar sobre los peligros de consumir alimentos con altos niveles de grasas o sodio, informa que cerca del 65 % del sodio proviene de los alimentos de las tiendas, el 13 % de los restaurantes de comida rápida y pizzerías, y el 9 % de los alimentos de los comedores escolares.

Según el CDC, el Gobierno federal está aplicando nuevos estándares de nutrición a los alimentos que se venden y sirven en las escuelas, lo que reducirá el sodio hasta un 50 % para el 2022. Además, trabaja con las comunidades y los estados para mejorar el acceso a alimentos con menos sodio, entre otras iniciativas.

También es importante que los padres y los que cuidan a los niños puedan ayudar en mejorar la forma en que estos se alimentan.

Entre las sugerencias están: al cocinar, usar condimentos, hierbas y verduras en sustitución de la sal; y usar ingredientes ‘bajos en sodio’ o ‘sin sal agregada’. También, usted como adulto darle el ejemplo a sus hijos de qué es una alimentación saludable, que incluya gran cantidad de frutas y verduras sin sodio agregado.

Además, al comprar en la tienda, debe comparar las etiquetas nutricionales para elegir las opciones con menos sodio; solicitarle al gerente que tenga más opciones bajas en sodio de los alimentos favoritos de su familia y solicitar la información nutricional en los restaurantes para elegir las que tengan menos sodio. Ambas organizaciones advierten que el gusto por la sal se establece a través de la alimentación a temprana edad.

Por supuesto, no sólo los niños tienen que disminuir su consumo de sodio, los adultos también tienen que velar los niveles para no empeorar su condición de salud o para no adquirir nuevas condiciones médicas.