El Silent Spring Institute de Estados Unidos publicó ayer un estudio en el que revelan que un tercio de la comida rápida o empaquetada contienen sustancias químicas fluorizadas, las cuales las convierten en un “poderoso veneno” para la salud humana, sumándole los componentes de grasas saturadas y azúcares que también contienen dichos alimentos.

Según la investigación, el 38 % del papel de los sándwiches y las hamburguesas contienen la cantidad necesaria de flúor capaz de provocar cáncer de testículo y riñón, así como también una disminución en la fertilidad, problemas de tiroides y cambios en las funciones hormonales. Además, determinaron que dichas cantidades de flúor son más nocivas para los niños y niñas.

Otro de los elementos abundantes en flúor son los empaques de postres o panes, así como el papel en que se presenta la comida mexicana como tacos y tortas. El estudio encontró que el 57% de los restaurantes de comida mexicana en Estados Unidos contienen altos niveles de flúor en sus empaques de alimentos.

Curiosamente, el estudio del Silent Spring Institute, retomado por CNN, demostró que las cajas de cartón de las papas fritas y las tazas de cartón para café no contenían presencia alguna de flúor, aunque sus niveles nutricionales se encargan de volverlos una amenaza para la salud. De igual forma, las cajas de leche representaron una baja presencia de dicho químico.