Son varias las esperanzas que se abren con un nuevo tipo de sangre encontrado en un gusano que vive en el mar.

El descubrimiento ha sido bautizado como Hemarina, y es un emprendimiento del científico francés Franck Zal, de la región de Morlaix, en Bretaña.

La capacidad de entregar oxígeno que tiene esta molécula supera en 50 veces a la hemoglobina humana, pero en tamaño es 250 veces más pequeña.

Esta sustancia tiene la ventaja de ser universal, ya que puede ser usada en todos los seres humanos, porque es compatible con todos los grupos sanguíneos.

También se está estudiando su utilidad para conservar en buenas condiciones los órganos que están listos para trasplantar. Además, podría usarse para curar heridas de piel rebeldes, como en los diabéticos.

Mientras la seguridad de esta sangre ya se ha probado en animales de laboratorio con buenos resultados, para fines de 2014 se espera iniciar los ensayos clínicos en humanos.