"Es un consejo simple, pero funciona: Antes de tener una conversación complicada con sus parejas, asegúrense que no tienen hambre”, dijo el autor de un particular estudio realizado por investigadores de la Ohio State University.

El profesor de Comunicación y Psicología Brad Bushman, junto a un grupo de profesionales, estudiaron el comportamiento de 107 parejas que llevaban en promedio 12 años juntas, y descubrieron que existe una relación entre los niveles de azúcar en la sangre y los sentimientos de agresividad hacia el/la compañero/a. Dicho en otras palabras, el hambre podría estar detrás de varias de las discusiones conyugales.

Los resultados del estudio fueron publicados en abril en la revista del Proceedings of the National Academy of Sciences of the United States of America y no tardaron en llamar la atención de la prensa internacional, al comprobar algo que quizás muchos sospechaban, y de una forma bastante particular.

Durante 21 días, los participantes midieron en la mañana y en la noche sus niveles de azúcar y, paralelamente, evaluaron sus grados de agresividad hacia su pareja a través de agujas –con un máximo de 51-, que fueron entregadas junto a un pequeño muñeco vudú que representaba al compañero sentimental de cada uno. De esta manera, se pudo comprobar que a mayor número de agujas clavadas, solía ser menor la presencia de glucosa en la sangre de quien las insertaba.

Y no solo eso. Las parejas también fueron sometidas a una competencia, a través de un juego de computador. El vencedor de esto, tendría el privilegio de someter al perdedor (su pareja) a molestos ruidos, como el sonido de las uñas en un pizarrón, herramientas del dentista o una sirena de ambulancia. Como en el caso anterior, los más molestos fueron hechos, la mayoría de las veces, por aquellos que tenían menos azúcar en su organismo.

Según Bushman, este era precisamente el resultado que esperaban. “Hay una relación entre los niveles de autocontrol y los niveles de azúcar en la sangre”, señaló, según ABC News. “Mientras más baja es el azúcar, menor será la habilidad de controlar la agresión”.

En el mismo medio, otro de los investigadores del estudio, el doctor Nathan DeWall, aseguró que estos resultados demuestran que para tener autocontrol de las emociones negativas, se necesita energía, la que es entregada por los alimentos.

“El autocontrol el control de los impulsos usa energía, tanto física como mental. Cuando agotamos esa energía, tendemos más a hacer cosas que luego lamentamos, como lastimar a nuestros seres queridos”, aseguró.

Bushman, por su parte, destacó el hecho de que algunos individuos de su estudio, que aseguraban tener una buena relación, parecían mostrar más odio hacia sus parejas –a través de los muñecos vudú o los ruidos-si su nivel de glucosa era bajo.

Por esto, recomendó: “Si tienen un tema sensible que deban discutir, es mejor hacerlo durante la cena”.