Los padres de niños con asma y que son fumadores, deben tener en cuenta que sus vástagos tienen el doble de riesgo de ser hospitalizados, reveló un estudio, según reseña la página electronica HealthDay.

Para estos niños, el humo de segunda mano puede empeorar los síntomas y hacer que su condición sea más difícil de controlar.

Estudios previos han relacionado la exposición al humo de segunda mano con un aumento en la prevalencia del asma, un control más pobre de la condición y un aumento de los síntomas, sostuvo el autor principal del estudio, Zhen Wang, de la Clínica Mayo en Rochester, Minnesota.

Wang dijo en un comunicado de Prensa del Colegio Americano de Alergia, Asma e Inmunología que con el estudio se quería “mostrar cómo aumenta el riesgo de hospitalizaciones en los niños con asma que están expuestos al humo de segunda mano en el hogar".

Por su parte, la doctora Beth Corn, profesora asociada de medicina, e inmunología clínica en la Escuela de Medicina de Icahn del Monte Sinaí, en Nueva York, quien ha tratado a niños y adultos con asma en los últimos años, dijo que no le sorprende “que la exposición continua al humo de segunda mano en el hogar se traduzca en más exacerbaciones y, en consecuencia, una mayor probabilidad de hospitalización".

Los niños se afectan más con la exposición al humo del tabaco que los adultos, porque sus pulmones y el sistema inmunológico todavía se están desarrollando, explicaron los investigadores.

El humo de segunda mano también puede inhibir el crecimiento de los pulmones, de acuerdo con los resultados publicados hace varios días en los Anales de Alergia, Asma e Inmunología.

Estos resultados “sirven como un recordatorio a los padres de lo peligroso que es exponer a sus hijos al humo de segunda mano”, sostuvo el investigador principal del estudio, el Dr. Avni Joshi, alergista de la Clínica Mayo.

Una condición de asma controlada significa un menor número de visitas a la sala de emergencia, y por ende, una reducción en las hospitalizaciones, agregó Joshi. 

El informe incluyó 25 estudios, a más de 430,000 niños,  con una edad promedio de 7 años.