Jay Fonseca tomó unos minutos esta mañana para autodenominarse "el procurador" de los gorditos y las gorditas en Facebook, donde escribió sobre "lo que otra gente con sobrepeso no" dice".

"Realmente, cuando estamos en el proceso de volver a intentar retomar nuestras vidas, preferimos pasar desapercibidos. Obviamente, sé que no es su intención, pero decirnos cosas, gritarnos supuestos estímulos, solo nos hace sentir como que no pertenecemos, como que hay algo raro, como que no se encaja. Como si ya la conciencia no fuera suficiente gritona diciéndote que te quites y vires al sofá a ver 'Scandal' y comer 'popcorn', lo que hacen esos presuntos apoyos son desincentivar", escribió Fonseca en la red social, con una foto junto a la estatua de San Juan Bautista que ubica frente al Capitolio.

"Esos 'comentarios' solo nos llevan al deseo de volver a encerrarnos y refugiarnos en el cuarto y dilapidar una pinta de mantecado mientras vemos The Notebook soñando con un amor como ese mientras la barriga nos causa el autoestima deplorable que no permite abrirnos paso a no necesitar de terceras personas para sentirnos completos", añadió.

Lee a continuación el mensaje completo:

Corillo, me autodenomino el procurador de los gorditos/as por unos minutos. Cuando usted vea una persona obesa haciendo ejercicios, probablemente se ve tentado a decirle "dale, tu puedes", "corre, corre", "no te quites" mientras usted le pasa por el lado con el mover de caderas o con el trote y galope de sus años de ventaja y experiencia. Realmente, cuando estamos en el proceso de volver a intentar retomar nuestras vidas, preferimos pasar desapercibidos. Obviamente, sé que no es su intención, pero decirnos cosas, gritarnos supuestos estímulos, solo nos hace sentir como que no pertenecemos, como que hay algo raro, como que no se encaja. Como si ya la conciencia no fuera suficiente gritona diciéndote que te quites y vires al sofá a ver Scandal y comer popcorn, lo que hacen esos presuntos apoyos son desincentivar. Claro, a menos que tengas una seguridad propia típica de un mamut prehistórico, lo que logran es lo contrario. Si usted quiere reconocer el esfuerzo de alguien que típicamente no tiene la stámina, con un simple buenos días basta. Funciona igual que cuando uno aumenta de peso y todo el mundo empieza a decirte que has engordado como si la correa y el pantalón no fueran menos azotes que los botones al estallar como bomba artística de Nina Droz. Esos "comentarios" solo nos llevan al deseo de volver a encerrarnos y refugiarnos en el cuarto y dilapidar una pinta de mantecado mientras vemos The Notebook soñando con un amor como ese mientras la barriga nos causa el autoestima deplorable que no permite abrirnos paso a no necesitar de terceras personas para sentirnos completos. En fin, gracias por todos los "corre, corre... que pa caminar está Plaza" como si fuera por gusto que los veo pasar por mi lado mientras me duele hasta la pituitaria con cada paso. Un simple buenos días basta para poder dar los otros pasos hasta que no duela, hasta que sea un deleite el volver a ser quien somos bajo toda la bola de grasa que hemos puesto para disimularlo. Hasta aquí, las palabras del procurador de los gorditos caminantes. En mi caso, por mi trabajo, estoy acostumbrado y uno sabe que es parte de... pero nada, como procurador abogo por el corillo de libras de sobra.