La anorexia llevó a Hannah Koestler al borde del abismo y a pesar 70 libras en un cuerpo de casi de seis pies de estatura, según expuso The Sun.

Por esa razón, la mujer, que ahora tiene 22 años de edad, quiere ayudar a otros a crear conciencia sobre la enfermedad con apariciones en los medios y por medio de su cuenta de Instagram, “Prosperous Healthy Life”.

El citado medio expuso que, aunque la joven nació en Austria, en su adolescencia vivió en varios lugares, entre ellos, América, China, Corea del Sur y Japón.

De hecho, ella piensa que su anorexia fue provocada por las mudanzas constantes de su familia cuando era adolescente y fue diagnosticada con anorexia a los 17 años de edad, en noviembre de 2011, cuando completaba los exámenes finales de la escuela superior, en Japón.

La obsesión de Koestler por tener un bajo peso era tan grande que restringía su dieta a solo 100 calorías al día y se pesaba más de 10 veces diariamente.

Koestler vivía con tres galletas de arroz al día, vestía trajes de niñas de 10 años de edad, era alimentada con un tubo, perdió parte de su cabello y sus órganos, comenzaron a fallar.

“La anorexia es una enfermedad cruel que roba el cuerpo y el alma”, estableció la joven, cuyos padres, sin éxito la sometieron a diversos tratamientos preocupados por su salud.

“Mi madre hizo lo mejor que ella podía, por eso, estoy agradecida por todo lo que ella hizo, de lo contrario no estaría donde estoy ahora”, sostuvo.

En el 2012, cuando Koestler tenía 18 años de edad, convenció a sus padres de vivir sola en Austria.

Su abuelo, que la visitaba ocasionalmente para echarle un ojo, un día le encontró en muy mal estado y la llevó al Hospital General de Vienna, en donde estuvo recuperándose por cinco meses.

“Los doctores me dijeron que estaba a días de morir”, recordó.

Tres semanas después de ser dada de alta del hospital, fue admitida a la clínica de desórdenes alimenticios Therapiezentrum Weidenhof, donde le dieron un efectivo tratamiento por espacio de 10 meses.

“Realmente, aprendí a recuperarme no porque las personas me lo dijeran, sino porque yo lo quería”, comparó al tiempo que expuso que en el lugar, comenzó a disfrutar de la comida saludable.

Finalmente, en septiembre de 2014, se mudó al Reino Unido para estudiar ingeniería en la Universidad de Warwick.

Ahora, Ana es la vicepresidenta de la Sociedad de Ingeniería de la universidad, así como miembro del equipo de remo.

Además,  su cuenta de Instagram, “Prosperous Healthy Life”, tiene más de 124,000 seguidores.

En la cuenta, la joven comenzó a documentar su proceso de recuperación de la terrible enfermedad, al tiempo que promueve un estilo de vida saludable.

“Recibo mensajes de personas que me quieren agradecer por su recuperación de la anorexia”, afirmó. 

4 years ago, I was saved. I was on a severe path of self destruction with my eating disorder, and was too ill to realize. In my eyes, I was still "too much" and "not skinny enough". I still wasn't good enough. I couldn't see what everyone else saw. I didn't understand why my parents were so worried about me. I didn't understand why my brother stopped talking to me. My family was right there suffering alongside me all that time. I still remember everything I made them endure when I was in the depths of my eating disorder, and it astonishes me what my illness made me do. I'm so sorry for all the tantrums I threw over being forced to eat, for throwing plates after you, for biting and kicking and screaming at you. I had completely isolated myself from everyone around me. I was unable to go to school properly. I no longer cared about anything except when and how much I ate and what exercise I did. I was constantly cold and shivering, even in summer. My hair was falling out. I was weak and had no energy. But while this all happened, my eating disorder was too strong and dominant and kept me from seeing the truth. I never believed I had an eating disorder until it was almost too late. I was already in the grave with one foot, and would not have survived the weekend had it not been for that very special Friday 4 years ago. On September 7, 2012, I was admitted into the intensive station at Austria's best hospital, and it was there that my life was saved. I just read over my doctor's letter from back then, and seeing just how much damage I had done to my body is shocking, because those are the things you don't realize as it isn't obvious on the surface. All my organs were failing; I was fading in and out of consciousness the first two weeks I was there and don't remember any of those 2 weeks now; I had to get blood transfusions because I needed both red and white blood cells as my body stopped producing them sufficiently; I couldn't move anymore and after being on bed rest for a several weeks, I had to relearn how to walk; I suffered from refeeding syndrome; I was fed through a nasogastric tube because my body couldn't process regular "food" anymore; etc.

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