Estar enamorado o enamorada implica dos cosas: amor y pasión. Es decir, que además de enamorarnos de otra persona podemos sentir amor y pasión por  la vida o por alguna causa particular. Ese estado provoca ganas, deseos, energía que aun sin mover un dedo nos acelera el corazón y los pensamientos. Solo con esto se producen beneficios para la salud.

Ahora bien, cuando se está enamorado o enamorada de otra persona y los sentimientos son correspondidos, la energía se duplica y los beneficios también. ¡Y ni hablar de cuando el amor se manifiesta a través de acciones físicas, pues hasta el ser más pasivo se activa!

De acuerdo con la doctora Blanca Ortiz Torres, psicóloga comunitaria del Instituto de Investigación Psicológica de la Universidad de Puerto Rico en Río Piedras, con el enamoramiento pueden mejorar desde la autoimagen y la autoestima, hasta las relaciones interpersonales.

“Estar enamorados nos ayuda a tener una percepción positiva de nosotros mismos. Cuando estamos enamorados nos sentimos bien, nos vemos bien, y quizás es una relación recíproca”, explica sobre los efectos internos. Esa reciprocidad está en que, por un lado, personas que se cuidan y tienen buena autoestima tienden a ser más atractivas, y personas que se sienten enamoradas tienden a comenzar a cuidarse más, hacer ejercicios, arreglarse,  y se ven mejor.

En cuanto a los beneficios sociales, Ortiz Torres comenta que una relación de enamoramiento saludable satisface  necesidades como la de compañía, la de tener a alguien con quien hablar, conversar sobre cosas presentes y hacer planes.

 “Añade una persona significativa a la vida para ampliar esos espacios de conversación y reflexión. La gente enamorada habla más con su pareja, nos reflejamos en el otro. Por lo general se añade una sensación de apoyo si la relación es correspondida. Eso contribuye al bienestar también; es una sensación de excitación en todos los sentidos (psicológico, social y fisiológico) y de cierta tranquilidad”, detalla.

Vida en pareja y sexo

La psicóloga advierte que es importante mantener la individualidad y aceptar que según madura la relación, algunas cosas cambian. “No se ama de la misma manera a través del tiempo. Al principio va acompañada más de una sensación de ‘sustito bueno’ o thrill, de expectativa constante”, comenta. 

Con el paso del tiempo  los logros individuales y comunes -como los familiares y los profesionales- enriquecen la relación. Lo mismo pasa con el sexo, que según indica la sexóloga Alicia Fernández, además de quemar  85 calorías o más en 30 minutos de actividad sexual, provoca la liberación de hormonas de bienestar como feniletilamina, melatonina, norepinefrina, endorfinas y estrógeno.

 Como si fuera poco, informa que tras estudiar  a más de 900 hombres por 20 años, investigadores en Inglaterra hallaron que los  que tenían sexo dos veces o más en semana tenían la mitad del riesgo de sufrir un ataque, que los  que tenían  sólo una vez al mes. Otro estudio, pero en Escocia, analizó la rutina sexual de 24 mujeres y 22 hombres,   y reveló que la presión arterial de quienes tuvieron más actividad sexual fue más baja.