¿Sabía usted que 1,900 millones de adultos (13% de la población mundial adulta) y más de 42 millones de niños y niñas menores de 5 años son obesos? 

En el 2014, la Organización Panamericana de la Salud (OPS) declaró la obesidad una epidemia en la región de las Américas.

En la Isla, la situación no es más halagadora. Datos ofrecidos en el “Conversatorio Multisectorial sobre el Plan de Acción para la Prevención de la Obesidad en Puerto Rico”, celebrado recientemente en la Universidad de Puerto Rico en Río Piedras, indican que la prevalencia de sobrepeso y obesidad en Puerto Rico es de 65.9% entre adultos de 18 años o más y fluctúa de 25% a 43% en niños y adolescentes. 

Además, según el Departamento de Salud, más del 60% de las enfermedades crónicas que prevalecen en la Isla están asociadas de forma directa a factores de riesgo como el sedentarismo y  mala nutrición.

Tampoco es nuevo que por los pasados años las primeras cinco causas de muerte en el País están asociadas con la obesidad -cáncer, enfermedad del corazón, diabetes, Alzheimer y enfermedad cerebrovascular.

Pero, ante este panorama, nadie se debe quedar de brazos cruzados, porque  además de afectar la salud y trastocar  las relaciones familiares, el impacto económico es devastador.

Precisamente, unidos en común, agencias y diversos sectores en el País trabajan arduamente para establecer un plan de acción dirigido a combatir la obesidad.

Esta junte de voluntades es el resultado de los trabajos de  la Comisión de Alimentación y Nutrición de Puerto Rico, cuerpo asesor del gobernador para desarrollar e implantar la política pública en las áreas de alimentos y nutrición. 

Los participantes del conversatorio, auspiciado entre otros por la  referida comisión, la OPS y la Organización Mundial de la Salud (OMS),   coincidieron en que  urge detener el aumento acelerado de la epidemia de la obesidad en la niñez y la adolescencia.

Como parte del esfuerzo, el grupo delineó estrategias en áreas como la salud, actividad física y educación.

Punto de partida

Uno de los lugares donde mejor se puede educar sobre este tema es precisamente en las escuelas, tanto a maestros como a padres y estudiantes.

Una de las participantes, la licenciada Lourdes Velázquez, directora de Autoridad Escolar de Alimentos del Departamento de Educación, dijo que esa agencia busca lograr que los programas de alimentación escolar, así como los sitios de venta de alimentos y bebidas en las escuelas, cumplan con las reglamentaciones que promueven el consumo de alimentos saludables.

También  restringir la disponibilidad de bebidas azucaradas y productos de alto contenido calórico y bajo valor nutricional.

¿Es un reto trabajar con los negocios alrededor de las escuelas? 

“Existe la carta circular  de portones cerrados y es de suponer que  una vez el estudiante llega,  no tenga acceso a salir... vamos a estar trabajando en conjunto con la Legislatura”, dijo la funcionaria.

“Aunque hay una ley que dice que un negocio tiene que estar a 400 metros, sabemos que no están cumpliendo. Por eso estamos visitando el negocio y le  decimos lo que dice la política pública local de bienestar. No es que queramos que ellos   no vendan, es que no pueden competir con el comedor escolar en términos el horario y que lo que vendan  sea nutricionalmente adecuado”, sostuvo.

¿Cuál ha sido el efecto?

Algunos han decidido cerrar. Lamentablemente eso no es lo que  pretendemos y otros comenzaron a modificar lo que venden. Hay otros que obviamente no nos hacen caso.

Acepta que es bien difícil competir con unas  empanadillas de pizza,  bacalaítos o  refrescos.

Como parte de las estrategias, los maestros trabajan en un curso de seis semanas para impactar a los estudiantes.

“Los maestros de educación física, en su currículo regular en el mes de agosto y septiembre, tienen las seis semanas de aptitud física. Lo que hicimos fue invertirlo para este semestre -como proyecto piloto-  en los distritos escolares de Trujillo Alto y Guaynabo,  en 25 escuelas”, dijo Velázquez.

La funcionaria explicó que los educadores les dan a  los estudiantes “esos modelos que ya se les presentaron (a los maestros) de aptitud física,  pero cuando iniciemos en agosto todas las escuelas siguen dando aptitud física en las primeras seis semanas como parte del currículo académico”.

Esto consiste, por ejemplo, en entregarles a los educadores bandas elásticas y ellos enseñar  a los alumnos  a  cómo  usarlas.

También conocerán cómo utilizar el baile como actividad física.

Otro requisito con el que tendrán que cumplir las autoridades escolares es con la Política local de Bienestar Social,  creada por ley en el 2005.

Todo programa que ofrece servicios de alimentos bajo el gobierno federal tiene que cumplir con esta, que lo que esboza es un plan de trabajo que tiene que hacer el director de escuela con la comunidad escolar.

Así se identifican las necesidades nutricionales de  los estudiantes,  maestros y padres, y se hacen actividades para trabajar con esas necesidades.

Sin embargo, Velázquez confiesa que no se está cumpliendo. Por eso próximamente el secretario de Educación, Rafael Román, emitirá un orden para que se cumpla con la ley.

Acoso y obesidad

Lo primero que hay que crear  es un comité  constituido por estudiantes, padres, maestros y hasta personal de comedores escolares. 

Luego “se determina con un estudio de necesidad, por ejemplo,  si hay problemas de bullying y si el bullying viene por problemas de peso y obesidad  vamos a trabajar con eso y se comienzan a hacer actividades dirigidas a esa situación”.

Asimismo, se trabajará con el “problema en el consumo de frutas y hortalizas”, que a los escolares no les gustan y se les educará sobre sus beneficios.

Sobre el arroz integral, Velázquez dijo que ese “ha sido nuestro caballito de pelea más fuerte, porque por cultura nuestros chicos no están acostumbrados a comerlo”.

En cuanto al ejercicio de  cubrir las necesidades identificadas  en una comunidad escolar, luego   documentarlo y  validarlo con actividades, aceptó que “no lo hemos podido implantar".

Agregó que  el secretario de Educación   determinó que a partir de este próximo  año escolar, para que la escuela reciba fondos tiene que cumplir con ese plan.

También será  requisito pesar y medir a  los estudiantes. 

Eso “también nos va a dar la oportunidad de pedir fondos para iniciativas a la Organización Panamericana de la Salud (OPS)”, agregó.

La licenciada Amy Samalot, directora ejecutiva de la comisión, dijo que mañana se reúnen en pleno los miembros de la comisión para  considerar el borrador final del plan estratégico que está programado para ser evaluado a los dos años de su implementación.

Evaluarán las recomendaciones que se hicieron durante el conversatorio y el portal electrónico, y las que sean  incorporadas irán en el documento final. Luego será  presentado al País el 19 de mayo próximo.

Una de las recomendaciones, según Samalot, es que los 30 minutos de actividad física recomendados al día para los estudiantes se aumenten a una hora.