La administradora auxiliar de Prevención y Promoción de la Salud Mental de la Administración de Servicios de Salud Mental y Contra la Adicción (Assmca), Julia Delgado, emitió este viernes una exhortación pública a quienes sirven como anfitriones en las fiestas navideñas que se avecinan para que ejerzan control y eviten que sus invitados salgan a la calle embriagados. 

Destacó que así, podrán evitar algún accidente y situación lamentable.

La primera recomendación que hizo fue la de establecer un horario para servir las bebidas alcohólicas y, después de la hora establecida, solo servir agua, consomés, sopas o entremeses.

“Adviértalo a sus invitados una hora antes de terminar su fiesta para que estos se concienticen de que es una medida de afecto para garantizar su seguridad”, sugirió Delgado. 

La funcionaria explicó que su mensaje es una estrategia para orientar al pueblo sobre formas asertivas que pueden adoptar para controlar el consumo del alcohol.

De acuerdo con Delgado, un anfitrión responsable debe asegurarse de que las personas que vayan a consumir bebidas embriagantes cuenten con un conductor designado, que bajo ninguna circunstancia ingiera alcohol y contar con alguien que pueda controlar lo que los invitados beban. Esta persona será la encargada de decir “ya tomó suficiente” o “estás bebiendo muy corridito”. 

Mencionó que también es aconsejable que el encargado de servir las bebidas recoja las llaves de los vehículos o les pida a los invitados que las coloquen en un lugar previamente identificado antes de empezar a servir los tragos, “porque después que se pierde el control es más difícil que las entreguen”, señaló. 

De otra parte, Delgado enfatizó que hay que cuidar que los menores de edad no consuman alcohol. Esta sustancia, estableció, afecta la salud y el desarrollo del cerebro de los adolescentes. 

Los estudios de Assmca indican que la mayoría de los escolares en Puerto Rico que consumieron alcohol antes de los 14 años de edad, la bebida les fue facilitada por un adulto en una fiesta familiar. 

“Si algún menor ingiere bebidas embriagantes durante una fiesta, la responsabilidad directa es del anfitrión, de los padres y los adultos presentes”, estipuló.

Para evitar que menores tomen a escondidas, se aconseja que las bebidas alcohólicas, incluyendo el coquito, no estén accesibles fácilmente, sino que estén controladas por un “bartender” que será el responsable de servirlas.

La administradora apuntó que con uno o dos tragos en una hora, la persona pierde control de sus impulsos; con entre tres y cuatro, pierde coordinación; de cinco a siete, pierde el balance, y ya con ocho, no puede caminar. Una persona que llegue a consumir 20 tragos debe estar en estado de coma. 

Recordó, además, que el límite de alcohol en sangre para conductores es .08% o lo equivalente a dos tragos o de dos a tres cervezas en una hora.