Existen cerca de 25 mil niños en Puerto Rico, más de nueve mil de ellos en el Departamento de Educación, con un coeficiente intelectual elevado y funcionando de manera excepcional en una o más áreas del desarrollo. Su nivel cognitivo es de 130 o más, mientras que el nivel normal o promedio va de 85 a 110. Estos son los niños dotados.

La condición es compleja y, a pesar de que debiera ser vista como una ventaja para explotar el potencial de un individuo, la población que la padece se enfrenta a varios problemas, que van desde diagnósticos errados hasta frustración por falta de acomodo razonable en un salón de clases en la escuela tradicional. Además, muchas veces cargan con el estigma de que están mal y no se les llenan sus necesidades. En lugar de estar en un grupo acelerado son ubicados en grupos de educación especial, limitándose el desarrollo de un ser extraordinario.

Esta población no es homogénea por lo que puede haber niños dotados que sean tranquilos y puede haber otros extrovertidos. Estos últimos son diagnosticados constantemente con déficit de atención.

“Muchas veces se equivocan los profesionales, con el que no sigue instrucciones, está inquieto, en ocasiones retan al maestro y esos representan más problemas en términos de diagnóstico equivocado. Los diagnostican equivocadamente con déficit de atención, con conductas obsesivas convulsivas, trastorno oposicional desafiante”, explicó el sicólogo clínico Luis Sánchez Caso.

“El sistema educativo es uno democrático que cubre la mayoría de los niños, pero los de deficiencia mental se perjudican y no pueden aprender al mismo ritmo”, expuso el sociólogo. Históricamente no se había hecho nada para atender a esta población hasta hace casi tres años, cuando se aprobó una ley que exige atender a esa población. “Sin embargo, implementarla va a tomar muchos años más”, reconoció el sicólogo.

“Los niños dotados representan, al igual que los niños con retardación mental, cerca de un 2% de la población según la Ley 159”, comentó. La diferencia es que para los de educación especial, a pesar de las deficiencias que existen en los servicios que ofrece el sistema público, hay ingresos y hasta especializaciones. Sin embargo, para la población de niños dotados es mucho menos lo que hay, de acuerdo con el doctor Sánchez Caso.

Dotados en educación especial

Muchos niños dotados están ubicados en programas de educación especial por diagnósticos equivocados, por lo que no se les permite llenar sus necesidades.

“El gobierno a veces gasta millones. Yo he tenido niños que llevan tres años en terapias de educación especial por un referido que decían los maestros que se paraba (mucho), el sicólogo lo evaluó rápidamente estableció que tenía problemas de atención y problemas de aprendizaje, después de tres años en medicamentos se reevalúa y te das cuenta que no hay un problema de atención, el diagnóstico estuvo errado”, estableció Sánchez Caso.

“El 2 de diciembre de 2014 el secretario de educación estableció una política pública para estos niños, que establece que hay alternativas primero para evaluación, identificación y servicios, lo que pasa es que estamos en la parte teórica, sabes que muchas de esas leyes se aprueban y en lo que se implementa toman mucho tiempo. Ahora mismo, ¿quiénes identifican a esos niños? Los maestros y los maestros la mayoría no tienen conocimiento alguno. Hay mecanismos para identificarlos, pero todavía no están los recursos, personas especializadas y he visto unos errores significativos en el diagnóstico”, aclaró Sánchez Caso.

Referidos: pieza clave

El referido que hacen los maestros o trabajadores sociales es pieza clave para que se le haga una evaluación adecuada. En él deben estar detallados los problemas de conducta, pero también hay que documentar las capacidades del estudiante y su nivel de aprovechamiento. Es importante aclarar si a pesar de los problemas de ajuste en la escuela, domina fácil y rápido los materiales discutidos en clase. De esta manera, el profesional de la conducta que evalúe al menor sabrá que no tiene problemas con captar las cosas.

El sicólogo comentó que más del  70% de los niños que llega a los profesionales es por problemas de comportamiento en la escuela, no porque aprendan rápido. Y es que “una de las variables de esta población es que son bien intensos”, describió.

“La clave principal es que los profesionales de la conducta y los maestros se eduquen. En Puerto Rico no se da un solo curso a nivel de bachillerato de educación intelectual, eso no existe. Mi trabajo ahora es estar yendo a las academias para empezar a desarrollar posibles cursos. Están haciendo cursos de educación continuada pero debe crearse tanto en pedagogía, sicología, siquiatría, cursos en esta dirección”, detalló el galeno.


Consecuencias de un mal diagnóstico

Un niño dotado con un diagnóstico errado redunda, en la mayoría de los casos, en un menor medicado para una condición de la que no padece.

“El gobierno a veces gasta millones, yo he tenido niños que llevan tres años en terapias de educación especial por un referido que decían los maestros que se paraba (mucho), el sicólogo lo evaluó rápidamente estableció que tenía problemas de atención y problemas de aprendizaje, después de tres años en medicamentos se reevalúa y te das cuenta que no hay un problema de atención, el diagnóstico estuvo errado”, estableció Sánchez Caso.

Métodos educativos

El método de educación tradicional es uno repetitivo, porque la mayoría de los niños así lo requieren, pero los dotados no necesitan la repetición. De hecho, solo un 25% del tiempo que se usa en una clase para explicar un material de estudio es suficiente para ellos captarlo, por lo que el 75% del tiempo restante en clase se aburren y ahí comienzan los problemas de conducta. A mayor capacidad intelectual, mayor es el problema de ajuste en la escuela.

Algunos padres recurren al método Montessori que se caracteriza por poner énfasis en la actividad dirigida por el niño y la observación clínica por parte del maestro. Sin embargo, aún en este método muchas veces se requieren ajustes, acomodo razonable, diferenciación, para poder suplir las necesidades de los niños con estas capacidades extraordinarias.

Alternativas para esta población

Muchos de estos niños tiene problemas para autorregularse y las clases de artes marciales y de ballet son excelentes para ayudarlos a tener el control de ellos, desde adentro de su ser hacia el exterior.

Otra opción es la aceleración de los grados, matricularlos temprano en la escuela o adelantarlos de grado. Sin embargo, muchos padres temen que el niño tenga una capacidad intelectual excepcional pero a nivel de su madurez social no sea igual. La madurez emocional va a depender del entorno del niño, de la socialización en el hogar, de cómo el niño se autorregula.

Según Sánchez Caso esto puede suceder, sin embargo, en la Ley 159 se establece que para ser catalogado como dotado el menor tiene que tener una capacidad intelectual de 130 o más y una madurez social emocional. Es decir, que supere el 98 % de los niños intelectualmente y que este acompañado de madurez emocional.

Características de los estudiantes dotados

•      Aprenden de forma acelerada aunque no siempre les interesa la escuela.

•      Evidencian una capacidad de memoria excepcional.

•      Tienden a demostrar una gran capacidad analítica.

•      Suelen procesar rápidamente la información.

•      Se caracterizan por ser hipersensibles en la mayoría de los ambientes.

•      Se aburren con facilidad sobre todo si no se toma en cuenta su  potencial.

•      Son creativos e innovadores, les gusta ver las cosas de forma diferente.

•      Tienden a demostrar gran energía e intensidad. 

•      Evidencian gran motivación en sus áreas de interés.

•      Suelen cuestionar de forma extensa e inusual.

•      Evidencian habilidades poco comunes para la comunicación.

•      Con frecuencia presentan malestar por los procesos repetitivos.

•      Presentan habilidades para producir ideas únicas y originales.

•      Evidencian un acercamiento lógico para la solución de problemas.

Taller

El doctor Sánchez Caso se dedica a atender los niños dotados en su práctica privada en San Juan y puede ser contactado en el 787-783-0123. Además, estará ofreciendo un taller titulado: La dotación intelectual no es un trastorno mental, el sábado 25 de abril en la Universidad Interamericana, recinto metropolitano. Para información sobre costos y horarios de la actividad puede comunicarse al 787-250-1912 en las extensiones: 2118, 2341 o a: edu.continua@metro.inter.edu