Brittany Maynard no se quiere morir… pero tiene que hacerlo. Según ella, no tiene otra alternativa y ha escogido el primero de noviembre próximo como la fecha en que habrá de fallecer.

La joven norteamericana de tan solo 29 años padece de cáncer terminal y si no opta por la eutanasia, lo que le espera es una muerte increíblemente dolorosa y un deterioro inmisericorde que harían de sus últimos días de vida un verdadero infierno en la Tierra.

Luego de que comenzara a padecer de unos súbitos y fuertes dolores de cabeza a principios de este año, Maynard buscó ayuda médica y el diagnóstico fue devastador: tenía cáncer cerebral. En un principio, los doctores le daban como 10 años de vida. Tristemente, en solo tres meses, el tumor canceroso creció de una manera tal que, aun después de una cirugía para intentar extirparlo, se llegó a la conclusión de que la joven no tenía remedio.

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Brittany Maynard sufre de un glioblastoma, el tipo de cáncer cerebral más mortífero. Con suerte, su vida podría prolongarse por unos cuantos meses más, pero, ¿a qué precio? Ella piensa que vivir con dolores insoportables e ir, poco a poco, perdiendo todas sus facultades físicas y mentales… no es vida.

Por eso –y,  luego de sopesar todas sus opciones–, ella decidió junto a su esposo mudarse al estado de Oregón, donde se permite la muerte por elección asistida. Y, aunque confiesa que fue sumamente duro lograr que su familia aceptara su decisión, Brittany asegura que su esposo ha estado apoyándola en todo momento. Cabe señalar que la pareja no tiene hijos. “(A mi familia) le costó mucho estar de acuerdo conmigo”, dijo la joven durante una entrevista con la cadena estadounidense ABC. “Quienes te aman no van a aceptar una decisión de ese tipo así como así”.

Para poder llevar a cabo su plan, la pareja se mudó de San Francisco a Oregón porque ese es uno de solo cinco estados norteamericanos que tiene leyes que tienen lo que se conoce como “leyes de muerte con dignidad”.

“Todos llegamos a la conclusión de que estoy enferma de muerte y yo prefería morir con menos dolor y menos sufrimiento”, apuntó la joven.

Maynard fallecerá en el hogar que ha establecido en Oregón, pacíficamente y con su amado esposo y sus seres queridos a su lado. La muerte se efectuará con la asistencia de un médico y usando medicinas recetadas específicamente para ella.

Fecha significativa

La razón por la cual Brittany escogió el primero de noviembre para morir es porque su marido cumple años el 30 de octubre y ella quería celebrar por lo menos un cumpleaños más junto a él.

Eso dicho, la joven constantemente recalca que ella no considera su decisión como un suicidio porque ella sencillamente no tiene ganas de morir… pero no le queda otro remedio. “No existe ni una sola célula en mi cuerpo con deseos de morir”, expresó en una entrevista con People Magazine. “Yo quisiera vivir; quisiera que hubiera una cura para mi enfermedad… ¡pero no la hay!”.

Que su muerte no sea en vano

El tiempo que le queda de vida, Maynard lo está dedicando a abogar porque a través de todos los Estados Unidos haya más opciones para que las personas puedan terminar con su vida, cuando se trate de circunstancias atenuantes. Ella quisiera que todos los norteamericanos que estén enfermos de muerte, pero que estén mentalmente capaces, puedan tener acceso a más y mejores opciones de muertes con dignidad sin tener que relocalizarse a otro estado, como ella y su esposo tuvieron que hacer. Por ello, este pasado lunes Maynard lanzó la Fundación Brittany Maynard conjuntamente con la entidad Compassion & Choices para expandir las leyes de muerte por elección a otros estados.

La joven, quien asegura que, por naturaleza, es más bien introvertida, confiesa que la atención que ha recibido es apabullante, aunque reconoce que el asunto es demasiado importante como para que se siga ignorando. “Pienso que el apoyo a esta  causa y la educación sobre la misma son tan importantes que, por eso, cuando me pidieron (que colaborara), no pude decir que no”.

De otra parte, la reacción pública a un vídeo que Maynard preparó ha sobrepasado todas sus expectativas. Cuando se despertó al otro día, “me levanté con cerca de mil millones de mensajes de texto de amigos que decían que lo habían visto”, expresó.

El mes pasado, Brittany tuvo que ser hospitalizada debido a unas violentas convulsiones que presagian un final aterrador, si ella misma no termina pronto con su propia vida. Aunque está tomando medicamentos para el dolor, asegura que las convulsiones la dejan exhausta, de modo que, a medida que su condición va deteriorando, ella se siente más y más segura acerca de su decisión.

Por eso, en el poco tiempo que le queda, ella se está enfocando en pasar el mayor tiempo posible con sus amigos y familiares, y viajando con su esposo, algo que a ambos les apasiona. La pareja ha viajado recientemente a Alaska, así como al parque Nacional Yellowstone y tienen esperanzas de que les dé tiempo a visitar el Gran Cañón del Colorado.

“Quiero disfrutar de los días que me queden en esta hermosa Tierra y quiero pasar la mayoría de ellos al aire libre y rodeada por la gente que amo", dice Brittany en su emotivo vídeo de despedida.