La privacidad se ha convertido en un derecho inherente de los seres humanos, incluso forma parte de la Declaración Universal de los Derechos Humanos. Pero ¿qué pasa cuando los padres sienten la necesidad de irrumpir en la vida privada de sus hijos?

La psiquiatra Margarita Mendoza Burgos expone que espiar a los hijos es poco correcto, pero sí es importante y necesario estar atentos de todas las actividades que se les presentan, entre ellas las amistades y las situaciones sociales.







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