Aunque cada cual es responsable de hacer un esfuerzo para que su vida incluya algún tipo de ejercicio aeróbico, las empresas también pueden procurar que sus empleados cuenten con las herramientas necesarias para mantener un nivel de actividad física adecuado, algo que es tan sencillo como pedalear sin tener que dejar el escritorio.

Un estudio de la Universidad de Iowa encontró que colocar un artefacto portátil para pedalear logró mantener activos a empleados que estaban casi todo el día sin levantarse de la silla. Además, y lo que es todavía mejor, el pedaleo consiguió que bajaran de peso, mejoraran la concentración y hasta que se ausentaran menos, por lo que se entiende que mejoró la salud.

La clave, según el profesor asistente Lucas Carr, fue que el artefacto era fácil de usar y estaba asignado a una sola persona.

“Queríamos ver si los trabajadores utilizarían los dispositivos durante un periodo largo de tiempo y entendimos que el diseño era crucial. Otro componente era la privacidad. Coloca una bicicleta estacionaria o una trotadora para uso común en un pasillo y muy pocos empleados la van a usar. Es una gran idea en teoría, pero a largo plazo no funciona para la mayoría de la gente”, indicó Carr, según reseñado en el portal Newswise.

El estudio piloto de 16 semanas es el tercero y más prolongado de una serie de investigaciones que se han hecho con el uso de pedales portátiles entre empleados sedentarios. El interés nace de la evidencia, cada vez más contundente, de que las personas que están sentadas todo el día tienen un mayor riesgo de problemas de salud graves, aunque mantengan una vida activa. A eso se añade que los trabajos sedentarios han aumentado en un 83 por ciento desde 1950. Actualmente, el 43 por ciento de la fuerza laboral en Estados Unidos trabaja sentada.

Los estudios de Carr a lo largo de los años han concluido que la mejor manera de lograr que la gente se mueva en el trabajo es cambiar el ambiente de manera que la actividad física sea más fácil, una estrategia buena para el empleado y para el patrono.

“Muchas compañías han tomado la ruta de construir gimnasios caros que, por lo general, los usan los empleados con mejor condición. Las personas que necesitan mejorar su salud son las menos propensar a usar las instalaciones en el lugar del trabajo”, observó Carr.

Los pedales portátiles, de acuerdo con Carr, es algo que se le podría ofrecer a casi cualquier empleado, sin importan el tamaño de la empresa. “Está justo a sus pies y puede usarlo cuando quiera sin sentirse cohibido por los compañeros de trabajo”.