San Juan- El número de fumadores en Puerto Rico ha mermado en la última década, según afirmó hoy a Efe el neumólogo Luis Echegaray, debido principalmente a las leyes aprobadas ya hace más de una década que restringieron el consumo de tabaco en lugares cerrados.

Según detalló Echegaray en entrevista, se ha notado una merma en el número de puertorriqueños fumadores de todas las edades, tanto hombres como mujeres, y en su opinión en gran parte se debe a la limitación del uso del cigarrillo en discotecas, bares y restaurantes.

"Para mí, en los últimos diez años las mujeres mayores de treinta años están fumando mucho menos, por la propaganda negativa del cigarrillo", resaltó el médico especialista, quien apuntó que la mayor parte de los fumadores tienen menos de 25 años de edad, aunque incluso entre los jóvenes el consumo de tabaco también ha descendido.

En ese sentido, recordó que la mayor parte de los vicios se contraen por comportamientos aprendidos o por la presión de grupo de amistades.

Según datos del Departamento de Salud de Puerto Rico, en 2012 la tasa de prevalencia del tabaquismo en la isla era del 12,6 %, y tan sólo un año después ese porcentaje había caído al 10,8 %.

De acuerdo con Echegaray, la mayoría de los fumadores activos desarrollan dependencia psicológica y física a la nicotina, una droga que existe en el tabaco por naturaleza.

Según dijo, la nicotina es la droga que genera más adicción en EE.UU. y posiblemente en Puerto Rico, y es tan adictiva como la heroína, la cocaína o el alcohol.

"La dependencia psicológica -explicó- va de la mano con la dependencia física y esto se observa muy claramente cuando la persona para de fumar", algo que "puede ser muy difícil y normalmente requiere varios intentos, hasta cuatro y cinco intentos antes de lograr dejar de fumar completamente".

Echegaray indicó que cuando muchos fumadores planifican dejar de fumar por sí mismos, comienzan a sentir síntomas, como estrés y en ocasiones incluso aumentan de peso.

Además, la retirada de la nicotina puede generar ansiedad, coraje exagerado, irritabilidad, pobre tolerancia y problemas de concentración.

Junto a la nicotina, el tabaco contiene sobre 7.000 químicos, de los cuales cientos son dañinos a la salud y alrededor de 70 son carcerígenos, según recordó el galeno, quien apuntó que fumar aumenta el riesgo de padecer problemas de salud, enfermedades y hasta la muerte, ya que se calcula que cada ocho minutos fallece alguien en el mundo por el tabaco.

Por contra, cuando se deja de fumar, apuntó, el pulso y la presión arterial bajan significativamente, las manos y pies se sientes calientes otra vez, y después de ocho horas la concentración de monóxido de carbono baja y el oxígeno en la sangre aumenta.

Asimismo, después de 48 horas de dejar de fumar aumenta el sentido de sabor y olor. Unas 72 horas después los bronquios se relajan y la respiración mejora.

Luego de dos semanas a tres meses, la circulación mejora y la función pulmonar también, y después de nueve meses (a veces desde el primer mes) se observa mejor entrada de aire a las vías respiratorias además de desaparición de la tos crónica.

Echegaray mencionó además que después de un año de no fumar, los riesgos de enfermedades de corazón se reducen a la mitad, y luego de cinco años las posibilidades de un derrame cerebral disminuyen y se equiparan con el riesgo que tendría un no fumador.

El tabaco es el causante del 90 % de los cánceres orales. Los fumadores tienen seis veces más probabilidades de desarrollar alguna forma de cáncer oral que los no fumadores.

Puerto Rico tiene la incidencia más alta de cáncer oral en hombres del hemisferio occidental, con 15,5 nuevos casos por cada 100.000 habitantes, según datos de la Junta de la Asociación Puertorriqueña del Pulmón.