Cuantas veces nos sentimos con el “mono trepa’o” y no hay santo que nos ayude a bajarlo.

Pues sepa usted que estos son los famosos espasmos, y sí, hay alguien que nos puede ayudar a relajar esos músculos que lo que tienen es un problema de circulación.

Así como lo lee.

El quiropráctico Francisco R. Arrieta Ponte explica que el principal problema del “espasmo muscular, que es algo bien común en nuestra sociedad puertorriqueña, es vascular”.

“Tiene que ver mucho con el flujo de la sangre que riega los músculos. Esto se da por estrés, posturas que son crónicas, que llevan más de seis meses ejerciendo algo que al cuerpo no le gusta. Y el músculo pierde la habilidad de poder mantener una posición que a el le gusta; cuando tu privas al músculo de eso, ya el nivel del flujo de sangre y oxigeno va disminuyendo poco a poco”, explica el profesional de la salud.

Ejemplifica que es como si usted tuviera una manguera, a la cual le va disminuyendo el flujo del agua, y eso es lo que pasa cuando se disminuye el flujo de la sangre “que lleva nutrientes y oxígeno para tener tejidos saludables. A los tejidos le encanta que los oxigenes y que los suplas de nutrientes; cuando privas al músculo de eso, el músculo sufre y al sufrir vienen los daños que se van acumulando poco a poco. Esto no es de la noche a la mañana, por eso es importante la prevención”, explica.

Y precisamente ese es uno de los fuertes de la profesión del quiropráctico.

La función principal de este médico es promover la salud general del cuerpo. Y lo hace a través de la espina dorsal. 

Doctor, y ¿qué tiene que ver la espina dorsal con la salud?

El sistema nervioso es el que controla básicamente todo nuestro cuerpo; de todos esos once sistemas que tenemos (como el cardiovascular, respiratorio), el nervioso es el que controla a todos los demás. En mi profesión, lo que hago es optimizar la salud del individuo como un todo, por medio de movilizar un huesito que está a lo largo de la columna vertebral; así optimizo la función de esos nervios.

¿Para qué se mueven esos huesitos, como le llama usted?

Movilizamos los huesos (vértebras) para evitar esa interrupción que hay en los nervios espinales, que me está creando una resistencia en ese flujo de información, que va a un destino final.

¿Y cómo trabaja con esos huesos? 

Para revertir ese problema momentáneo utilizamos los ajustes, que son bien sencillos. Cuando algo interrumpe la función del cuerpo humano, el  quiropráctico lo restaura, por medio de una vértebra que está provocando ese estrés que es el que crea resistencia en la espina dorsal.

Mediante un ajuste se aplica una fuerza específica y controlada, en una dirección concreta, en la vértebra que provoca el problema.

Arriesta Ponce, quien lleva cinco años ejerciendo, dice que las personas se están concienciando más sobre la importancia de este profesional.

“A mi oficina están llegando cada vez personas más jóvenes, hasta de 10 años; mi paciente más joven tiene seis meses de nacido. Lo que queremos es promover que esto es un estilo de vida, porque la razón principal de ajustarte es optimizar su salud, aumentar la función corporal; tener todos tus sistemas (los once) funcionando al máximo.

Otros factores que pueden provocarnos problemas en la espina dorsal pueden ser: traumas, accidentes, estrés emocional, la alimentación… 

Cuando tenemos estas variantes, puede ocurrir una subluxación, que provoca que se ejerza una posición anormal en las vértebras, y que afecten los nervios.

El trabajo del quiropráctico es detectar eso y corregirlo.

Sobre los mitos en torno a esta práctica, el galeno dice que hay muchos tabúes.

“Algunos dicen que el ajuste duele, que si me pueden partir un hueso, me va salir una fractura, que si me ajustan el cuello puedo sufrir un derrame cerebral. Todo esto es totalmente falso. Lo más importante es conocer el historial del paciente; que le diga todo lo que le está doliendo,  si tiene osteoporósis, diabetes, si has tenido un accidente”.

El médico dice que hay que evaluar al paciente de una forma total y general. “No es que un paciente llegue y me diga ‘me duele aquí’ y que yo lo ajuste y lo envíe para su casa.

La espina dorsal es una estructura ósea, constituida por 26 huesos que nos dan el soporte para poder mantener nuestra postura. Da la protección necesaria para preservar el Sistema Nervioso, que no es solo el cerebro, porque lo que corre por la columna vertebral es una extensión del cerebro que se llama el cordón espinal. De ahí nacen 31 pares de nervios espinales que llegan a diferentes destinos de nuestro cuerpo. El cordón espinal se afecta de una forma indirecta, por ejemplo, cuando un nervio pinchado o un disco ejerce presión sobre este (eso se llama un disco herniado).

Si un problema se dejó enraizar, es probable que un simple ajuste no lo cure y haya que recurrir a una cirugía. De ahí la importancia de la prevención.

El doctor tiene clínica en Bayamón y lo consigue en el 787-244-4671.